El segundo trimestre de 2020 cerró con pérdidas de 51,4 millones de euros para la multinacional operadora de juegos con sede en España, Cirsa. Según el reporte económico oficial, entre abril y junio se alcanzaron 42,3 millones de euros en ingresos de explotación, una cifra baja como “consecuencia del grave impacto del COVID-19, que obligó al cierre total y gradual desde mediados de marzo de los negocios de máquinas en bares y de las salas de juego en los nueve países donde la compañía está presente”.
Desde mediados de junio, Cirsa pudo reactivar paulatinamente sus operaciones en España e Italia. En cuanto a casinos y bingos, España todavía establece estrictas restricciones horarias y de capacidad, mientras que en Italia se está “recuperando un buen nivel de actividad tanto en máquinas AWP como en los modelos de videoloterías (VLT)”.
Con el fin de abordar estos desafíos, Cirsa también firmó en junio dos líneas de crédito de 55 y 20 millones de euros, respectivamente, “para aumentar y garantizar la liquidez, que a finales del segundo trimestre se situó en 339,5 millones de euros (264,5 millones de euros en caja y bancos + 75 millones de líneas de crédito disponibles)”. Mientras tanto, desde agosto pudieron retomar las operaciones en República Dominicana y parcialmente en México y Colombia.
El ala de apuestas deportivas de Cirsa, Sportium,retomó la actividad retail desde mediados de junio, mientras que el sector online se mantuvo con normalidad, aunque la oferta se vio alterada “por la suspensión de las principales competiciones deportivas”.
Pese a que la compañía reactiva lentamente sus operaciones internacionales en sus 144 casinos, 82 salas de bingo, 242 salones y cerca de 3.000 puntos de apuestas deportivas, la recuperación financiera no va a ser inmediata, a causa de “las restricciones dictaminadas por las diversas autoridades estatales, regionales y municipales”.
