La Secretaría de Premios y Apuestas (SPA) del Ministerio de Hacienda publicó este martes, 15, la Ordenanza SPA/MF nº 806/2025, que autoriza definitivamente la operación de Pixbet Soluções Tecnológicas LTDA en Brasil.
Así, finalmente, la empresa responsable de operar las marcas Pixbet, Flabet y Bet da Sorte queda autorizada a explorar la modalidad de apuestas de cuotas fijas hasta el 5 de enero de 2030.
El camino sinuoso hasta recibir el permiso para operar apuestas deportivas
El 11 de abril, la SPA publicó la Ordenanza SPA/MF nº 787/2025, que suspendió la autorización de Pixbet, TQJ Participações Societárias S.A, 7MBR LTDA y Caixas Loterias S.A.
Según el documento, la suspensión temporal (válida hasta por 90 días) se debió a la falta de presentación de los “certificados técnicos y sistemas de apuestas” requeridos para operar en el país.
Según Pixbet, tres de los cuatro certificados técnicos requeridos fueron entregados en febrero, mientras que el último, referente a la integración de la plataforma con los métodos de pago, fue presentado el 10 de abril, poco antes de que se oficializara la suspensión, pero fuera del plazo estipulado por la Secretaría.
La operación de Pixbet, bajo una orden judicial
A pesar de la resolución del regulador, el juez federal del 2º Juzgado Federal del Distrito Federal, Anderson Santos da Silva, suspendió el sábado los efectos de la Ordenanza SPA/MF nº 787/2025.
Silva afirmó, en su decisión, que el objetivo de la orden ministerial es garantizar la seguridad técnica de las operaciones, y no aplicar castigos desproporcionados por retraso. Silva también tuvo en cuenta el impacto económico inmediato que la suspensión tendría en el contrato de patrocinio con Flamengo.
Según el juez, “la medida arbitraria genera graves daños reputacionales y económicos, especialmente debido al contrato de patrocinio firmado con el club de fútbol Flamengo, con un valor estimado de 470 millones de reales hasta 2027, con partido oficial programado para el 12/04/2025 [contra Grêmio, celebrado este domingo], cuya celebración sin exhibición de la marca puede comprometer obligaciones contractuales y generar efectos económicos adversos”.
