2020 en perspectiva – México: El sector del juego al término de un año de contrastes

Alfredo Lazcano y Andrea Avedillo, expertos legales de la firma Lazcano Sámano, S.C., especializada en Gaming, Fintech y Media, con sede en la Ciudad de México, analizan en exclusiva para SBC Noticias los hechos que tuvieron lugar en la industria mexicana en 2020, si se cumplieron los objetivos propuestos a principio de año, de qué forma progresó la industria y cuáles serán las metas a alcanzar para el 2021.

Andrea Avedillo, Alfredo Lazcano – Lazcano Sámano S.C.

A unos cuantos días de terminar el 2020, resulta poco fácil escribir estas líneas sin verter un tanto de emoción. Desafiante y complejo son adjetivos que ni siquiera empiezan a describir lo que significó este año para todos. 

La pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV2-2019 (COVID-19) logró lo que, en las últimas décadas —y apenas hace menos de un año—, parecía imposible: el mundo entero se detuvo. Más de un millón de personas han perdido la vida, los sistemas de salud en muchos países al borde del colapso, la economía mundial enfrenta el peor impasse en casi un siglo, nuestros hábitos de consumo cambiaron al punto de no retorno, y nuestras relaciones nunca fueron tan necesarias y lejanas a la vez. Sin embargo, mientras nos paralizamos, irónicamente nos movimos más rápido que nunca. Solitarios, pero solidarios, muchos ayudamos, creamos, respetamos e innovamos. La industria del juego no fue la excepción y éste es el recuento.

¿Qué ocurrió en México en los últimos 12 meses?

A principio de año, la industria del juego en México se mantenía a la expectativa de cualquier cambio normativo que pudiera garantizarle mayor crecimiento. Si bien la Administración Pública no había realizado una declaración directa sobre una inminente actualización al marco legal, en 2019 hubo ciertos indicios del interés que existía por parte del Legislativo de reformar, al menos en ciertos aspectos, el marco regulatorio del juego. El objetivo era claro, en tanto no se contara con una nueva ley o reformas que impulsaran la competitividad del mercado mexicano, lo que se buscaba era mantener la estabilidad al interior del sector. Terminado el primer trimestre del año, el objetivo fue asegurar la subsistencia. 

Luego de varios meses de permanecer cerrados, la mayor parte de los casinos físicos se encuentran operando hoy en día. Con una capacidad limitada y con las restricciones necesarias para asegurar el bienestar tanto de los jugadores como de los empleados, el juego presencial está iniciando lo que entendemos será una larga, aunque exitosa, recuperación. 

Por su parte, si bien el juego en línea no se detuvo por completo, el impacto que sufrió en una etapa inicial, debido principalmente a la cancelación de los eventos deportivos alrededor del mundo, fue considerable. A esto es importante sumar que, como sucede en otros países, la regulación de Internet en general, por su propia naturaleza, aún nos resulta muy complicada gracias a que los límites se desdibujan con mayor facilidad. En muchos casos esta situación puede jugar a favor de los actores principales de nuestra industria; sin embargo, en una crisis como la que acabamos de vivir, la falta de regulación se traduce en falta de protección y, por lo tanto, en incertidumbre. Una vez más, la creatividad y el empuje de los operadores de juego en línea lograron su continuidad. 

México estrena regulación: los Servicios Digitales de Juego.

Precisamente sobre la creatividad y las nuevas formas de juego que se exploraron este año, vale la pena mencionar lo que, en un principio, se creyó como un nuevo impuesto al juego con apuesta en el país. El 1º de junio de 2020 entró en vigor una reforma a distintas disposiciones de la Ley del Impuesto al Valor Agregado (Ley del IVA), encaminada a regular la prestación de servicios digitales por residentes extranjeros sin establecimiento permanente en México. Entre estos servicios, la Ley del IVA hace referencia expresa al acceso o descarga de juegos, incluyendo los juegos de azar, contenidos multimedia y ambientes multijugador (Servicios Digitales de Juego). 

Aunque, en nuestra opinión, la idea de que los operadores de juego en línea estarían obligados al pago del IVA es incorrecta, esta reforma a la Ley del IVA sí abre la posibilidad de ofrecer distintas modalidades de juego que no han sido explotadas, como lo que se conoce como juego social (ya sea gratuito o de paga), o modalidades no reguladas por la Ley Federal de Juegos y Sorteos (Ley de Juegos), por ejemplo, los esports, los juegos FTP (siglas en inglés de free-to-play) con opción de PTW (pay-to-win), entre otras novedosas formas de juego. 

En principio, los esports salen del ámbito de competencia de la Ley de Juegos y de su Reglamento (Reglamento de Juegos) porque, como tal, no son juegos en los que medien apuestas, sino que en realidad constituyen eventos en plataformas de videojuegos organizados en forma de concursos o competiciones. Sin embargo, cabe aclarar que las apuestas que se capten sobre competencias o torneos de esports, sin lugar a dudas, constituyen una actividad diferente que sí está regulada por la Ley de Juegos y el Reglamento de Juegos, por lo cual requieren permiso del regulador del juego, la Secretaría de Gobernación (SEGOB).

Ahora bien, la reforma a la Ley del IVA puede ser el perfecto encuadre normativo de los esports con esquemas de monetización distintos a las apuestas (por ejemplo, cuotas de inscripción o por competición, patrocinadores, marketing, etc.), siempre y cuando se cumplan los requisitos que sobre los Servicios Digitales de Juego se establecen. 

El embate de COVID-19 fue duro, pero abrió oportunidades.

Acerca del progreso que mostró la industria del juego durante el 2020 basta señalar la capacidad de adaptación demostrada durante una de las más grandes crisis de los últimos tiempos, capacidad que hace unos años no existía, o al menos no era tan fuerte. Pero desde un punto de vista regulatorio, nos gustaría mostrar algunos ejemplos. 

Como ya se mencionó en párrafos anteriores, uno de esos ejemplos es la reforma a Ley del IVA y el abanico de posibilidades que trae consigo. Un segundo ejemplo, y probablemente uno de los más importantes, es el reconocimiento expreso por parte de la SEGOB, de la necesidad de actualizar el marco legal del juego en México. Asimismo, el 27 de noviembre de 2020, SEGOB publicó los Lineamientos Generales del Sistema Mexicano de Equivalencias de Clasificación de Contenidos de Videojuegos (Lineamientos sobre Videojuegos). 

Consideramos que la publicación de los Lineamientos sobre Videojuegos representa un hito en el desarrollo de los esports en México. Como ya señalamos, los esports no cuentan con una regulación específica en México, razón por la que los organizadores y participantes de esta actividad deben estar a lo dispuesto en distintos cuerpos normativos. En cuanto a la edad para participar en competiciones de esports, los organizadores tienen que apegarse a la clasificación que de determinado videojuego se realizara en el país de origen toda vez que en México no existían criterios de clasificación. Sin embargo, con la entrada en vigor de los Lineamientos sobre Videojuegos, los organizadores tendrán la certeza de cumplimiento respecto de la edad mínima de participación a determinada competencia. 

Opuesto a lo que podríamos haber imaginado, durante el 2020 hubo mucho más movimiento de lo que se esperaba, tanto de parte del regulador como de parte de los operadores. Aunque aún queda un largo camino por recorrer de frente a la recuperación, una vez más la industria del juego ha demostrado su resistencia y su capacidad de reinvención continua. 

¿Qué metas, a nivel regulatorio, nos esperan en el 2021?

Por último, pero no por ello menos importante, la meta que más tiempo llevamos persiguiendo consiste en la publicación de una nueva ley que regule, de manera expresa, separada y ajustada a las prácticas comunes de las legislaciones de juego más maduras, todas las modalidades de juego que, de hecho, ya existen y se llevan a cabo de manera exitosa en México. 

Otro de los temas pendientes de los últimos años tiene que ver con el prejuicio que las instituciones bancarias han demostrado tener en contra de los miembros del sector del juego. No obstante, mientras que por un lado los bancos cada día parecen estar más interesados en imponer más trabas para realizar transacciones en sitios de apuestas, al mismo tiempo, afortunadamente, México ha sentado las bases con una regulación de vanguardia (esto es, la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, en vigor desde el 2018) que ha permitido el auge de empresas de tecnología financiera (es decir, las Fintech) a lo largo de todo el país.

Las Fintech, y, en general, todos los proveedores de servicios de pago electrónicos y “neobancos” digitales, cada día atraen más clientes y ofrecen distintas soluciones de pago que pueden resultar mucho más atractivas para los operadores de juego que la oferta de los bancos tradicionales. 

Finalmente, no podemos dejar de pedir un deseo de fin de año para que, nuestras autoridades –no solo las de México, sino las de todo el mundo– nos brinden un 2021 con una mayor apertura hacia nuestro sector, y sobre todo, que primero nos conozcan y después nos regulen con objetividad, pues formamos parte de una actividad económica basada en el entretenimiento y la diversión de las personas, y representamos un importante aporte a la economía, y por ende, contribuimos al bienestar de las sociedades modernas.