El primer ministro británico, Boris Johnson, decidió aplazar al menos dos semanas la nueva fase de desconfinamiento, inicialmente prevista para el sábado, ante el aumento de casos de coronavirus. Esto significa que los casinos, que iban a reabrir sus puertas el 1 de agosto, permanecerán cerrados.
La siguiente fase en la reactivación de Inglaterra contemplaba el regreso de casinos, pistas de patinaje, lugares para banquetes, entre otros comercios. Tras una decisión del Gobierno, las puertas de estos negocios seguirán cerradas por lo menos hasta el 15 de agosto.
Citando las cifras actuales de contagio, el líder conservador dijo que «deberíamos apretar el pedal del freno» para mantener el virus bajo control.
El anuncio generó preocupación entre los trabajadores del sector, que advirtieron que si la situación actual se prolonga, se perderán empleos.
Según Michael Dugher, director ejecutivo de Consejo de Juegos y Apuestas (BGC, por sus siglas en inglés), “no hay evidencia de que los casinos sean lugares con mayor riesgo de contagio. ¿Qué pasó con la estrategia de ‘cierres locales’ del Gobierno? ¿Por qué un casino en la ciudad de Bristol, al suroeste de Inglaterra, donde la incidencia del coronavirus es baja, debe permanecer cerrado debido a un aumento de casos en Manchester? Es una gran amenaza para el empleo”.
La situación económica del sector de casinos es delicada, ya que los negocios permanecen cerrados desde el 23 de marzo. Esta actividad en Inglaterra genera más de 12.000 empleos y aporta 300 millones de libras a las arcas públicas. Además, contribuye con 4 millones de libras semanales a la economía a través del turismo.
