El pasado 15 de septiembre, la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados de Brasil llevó a cabo una audiencia pública sobre el PL 442/91 (aprobado por una comisión especial en 2016 aunque no llegó luego al pleno) y otras propuestas de regulación del juego para todo el país.
Si bien los participantes que expusieron sus argumentos —entre los que se encontró el subsecretario de Premios y Sorteos de la Secretaría de Evaluación, Planificación, Energía y Lotería, Waldir Marques Júnior— demostraron la necesidad de una regulación del mercado, las diferentes perspectivas de empresarios y reguladores generará un mayor debate en las próximas semanas.
Por su parte, el presidente del Instituto do Jogo Legal (IJL) Magnho José —también editor de BNL Data— inició su discurso asegurando que “el juego en Brasil existe y está arraigado en nuestra cultura”. “En Brasil, como no tenemos juegos legales, tampoco tenemos una política pública para tratar a al juego problemático, algo que ninguna casa de apuestas quiere provocar. Por eso es importante que exista esta preocupación en el proyecto que se está reevaluando”, afirmó.
De acuerdo a la cobertura de BNL Data, el experto también informó que el movimiento general de apuestas en Brasil es de alrededor de 71 mil millones de reales (13 mil millones de dólares) por año. A su vez, los juegos no regulados representan 27 mil millones de reales (5 mil millones de dólares) de este ingreso general y las apuestas deportivas, que no están aún reglamentadas a pesar de estar autorizadas, mueven un promedio de 10 mil millones de reales (1.8 mil millones de dólares).
De esta forma, la regulación no solo formalizaría al menos 450.000 puestos de trabajo, sino que generaría otros 200.000 nuevos, mientras que el Estado podría recaudar 20 mil millones de reales (3.7 mil millones de dólares) al año en impuestos, y hasta 7 mil millones de reales (1.3 mil millones de dólares) con aportes de casinos, bingos, máquinas y juego online.
Además del presidente del IJL, Bruno Omori, presidente del Instituto de Desarrollo, Cultura, Deporte y Medio Ambiente (IDT-CEMA) argumentó que Brasil “está afuera del mercado. Necesitamos debatir y aprobar rápidamente esta agenda”. El presidente de IDT-CEMA abogó por una legislación liberal que permita legalizar los espacios clandestinos y, al mismo tiempo, brindar a los empresarios, con hoteles y resorts, la oportunidad de obtener permisos para casinos integrados en sus propiedades.
De todas formas, preocupó también que el proyecto regulatorio solo autorice casinos dentro de grandes complejos turísticos integrados, basados en el modelo de Las Vegas, Macao y Singapur. Esta propuesta también establece una inversión mínima de mil millones de reales (cerca de 200 millones de dólares) y hoteles de al menos mil habitaciones.
Por este motivo, Antônio Dias, miembro de la Asociación Brasileña de Resorts, dijo que estaba en contra de las restricciones. Según él, es necesario dar libertad a la comunidad empresarial, que se ajustará al mercado, mientras que se debe priorizar el desarrollo de industrias brasileñas antes que la mera ganancia de extranjeros inversores.
“Es fundamental creer en la comunidad empresarial brasileña. Tenemos que darles una oportunidad a los brasileños primero, precisamente a los empresarios que ya creen e invierten en Brasil. Creo que es necesario enfatizar este punto, porque ya ha habido este tipo de interpretación, que creemos irrazonable, tiene que haber espacio para el capital nacional”, destacó.
Con esto en mente, el presidente del Jockey Club Brasileiro, Raúl Lima Neto, también pidió que se tengan en cuenta los complejos de juego ya regulados, como los hipódromos, en la próxima implementación de nuevas regulaciones a la industria.
Es decir, estos establecimientos también buscan obtener licencias de apuestas deportivas en general y casinos. “No debemos olvidar que la regulación de los juegos no debe socavar las modalidades existentes y efectivamente reguladas, que es nuestro caso”, concluyó.
