Tras un monitoreo realizado por el departamento de Seguridad e Integridad de LaLiga, la máxima organización del fútbol español presentó una denuncia por sospecha de amaños, en relación con las apuestas deportivas, ante el Centro Nacional Policial para la Integridad en el deporte y las Apuestas (CENPIDA).
Según denunció LaLiga, el fraude deportivo habría ocurrido durante un partido entre CD Huracán Melilla y Levante UD, en la Copa del Rey, que se llevó a cabo en diciembre de 2021 y resultó con un triunfo de este último por 8 a 0.
Además, la sospecha habría surgido de “información de un confidente anónimo”, lo que derivó en una investigación en curso en el Juzgado de Instrucción Nº2 de Melilla. Por el momento, se sabe que seis personas ya han declarado ante la Justicia, entre los que podrían encontrarse deportistas de los clubes.
De todas formas, desde el Huracán Melilla ya han salido a expresarse al respecto, y dijeron: “Ante la noticia de la denunciad de La Liga por un presunto amaño del partido que disputamos contra el Levante UD, desde la entidad manifestamos lo siguiente: El club se pone a disposición de la Justicia y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de la Liga y la RFEF para esclarecer y colaborar en todo lo que precisen, desde el club siempre se ha abogado por el juego limpio, la transparencia y se va a colaborar en todo lo necesario para luchar contra el fraude”.
Y aseguraron: “En el momento en que algún miembro activo del club, sea directivo, jugador, técnico o empleado resulte implicado, automáticamente se tomarán medidas y acciones judiciales”.
LaLiga refuerza su compromiso con el juego limpio
La nueva denuncia se enmarca en un contexto en que LaLiga ha contribuido en la investigación contra una banda delictiva que habría organizado amaños en el deporte español y en la Liga Nacional de Gibraltar y la Liga de Andorra. Junto con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), las organizaciones deportivas compartieron datos que derivaron en la detención de 23 personas, en su mayoría atletas, que participaban de estas operaciones.
La investigación reveló que “el deportista facilitaba información interna de los equipos de fútbol, lo que aportaba a los integrantes de la organización y apostantes una ventaja competitiva”. Posteriormente, se organizaban los amaños a través de chats encriptados entre los líderes de la organización y los atletas para “obtener grandes beneficios económicos”.
Con esta información, los miembros de la organización compraban cuentas en plataformas de juego online o realizaban apuestas mínimas en establecimientos presenciales, y repartían el dinero entre los involucrados y los deportistas.