El escándalo que se produjo esta semana con la investigación de GEN sobre el presunto vínculo entre la casa de apuestas Apostala y el presidente de Olimpia, Marcos Trovato, representa un gran retroceso para la credibilidad del fútbol paraguayo. El caso, además, desnuda las debilidades de las entidades reguladoras para ejercer un control efectivo sobre la actividad de juegos de azar.
Días atrás, GEN presentó un informe donde se vincula a la firma Trovato CISA, de la familia de Marco Trovato, presidente del club Olimpia, a todo el sistema de pagos electrónicos de las apuestas deportivas del país (FastPay). En este contexto, los clubes de Primera División solicitaron a la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) abrir una investigación para esclarecer el caso y pusieron en marcha acciones legales para impedir que ninguna empresa vinculada a apuestas deportivas intervenga en el campeonato profesional.
En un comunicado dado a conocer ayer, Daruma Sam, propietaria de la marca Apostala, rechazó las acusaciones y aseguró que la compañía cumple estrictamente con la ley. Sin embargo, cabe destacar que FastPay, como “medio electrónico de agilización”, según lo denomina Apostala, podría tener acceso a información privilegiada. Esto iría en contra del artículo 26 del Código de Ética de la FIFA, que establece que “las personas sujetas a este código tienen prohibido participar, directa o indirectamente, en apuestas, juegos de azar, loterías y actividades o negocios similares relacionados con partidos o competiciones de fútbol y/u otras actividades relacionadas con el fútbol”.
Según explicó a SBCNoticias Javier Balbuena, ex titular de Conajzar y actual asesor de la Cámara de Diputados, “la cuestión acerca de la legalidad o no de la firma que presta servicios de pasarela de pagos no es un tema que pueda ser analizado desde el punto de vista de la regulación de los juegos de azar, sino más bien por la oficina correspondiente del Banco Central del Paraguay, institución que tiene a su cargo la regulación de empresas de intermediación financiera y otros relacionados al manejo de recursos económicos”.
Apuntó que “el ambiente se tornó confuso al ingresar condimentos como la violación del Código de Ética de la FIFA y al insinuarse por parte de referentes del futbol paraguayo la posible comisión de amaños en los resultados de los partidos del futbol de primera división”.
En este sentido, Balbuena señaló que Trovato podría recibir una dura sanción por parte de las autoridades del fútbol. En esa línea, enfatizó que la pregunta del millón es “si Trovato renunciará a su cargo dirigencial o rescindirá el contrato comercial de su empresa con la concesionaria de las apuestas deportivas.
En cuanto a los posibles amaños, Balbuena aseguró que “se trata de un tema de extrema delicadeza que, en caso de comprobarse, será motivo de análisis tanto para los órganos rectores del fútbol como los de las apuestas deportivas. Sin dudas, habrá consecuencias”.
Asimismo, añadió que “lo ocurrido puede ser considerado como el preludio del reconocimiento de la necesidad de que los órganos rectores del deporte y el Estado, a través de Conajzar, creen las condiciones adecuadas para garantizar la integridad del fútbol”.