Brasil: Una definición clara de “apuestas deportivas” es fundamental para el funcionamiento correcto de la industria

Udo Seckelmann, abogado en Bichara e Motta Advogados, comparte con SBC Noticias un estudio sobre las consideraciones legales que deben ser tenidas en cuenta para la regulación del mercado de las apuestas deportivas en Brasil.

En esta primera parte, Seckelmann, quien también es editor de Lex Sportiva, miembro de la Comisión Juvenil de la Academia Nacional de Derecho Deportivo (ANDD) de Brasil y de la Comisión de Derecho Deportivo de la OAB/Barra (RJ), analiza las limitaciones que presenta un mercado donde la definición de apuestas deportivas aún no es clara, así como también la incertidumbre que nace con este nuevo mercado.

Udo Seckelmann

Luego de más de 70 años en el que estaba prohibida la explotación de juegos de azar en Brasil (con la excepción del monopolio estatal de loterías y apuestas en carreras de caballos en lugares autorizados), la Ley N° 13.756/2018 finalmente legalizó las “apuestas de cuota fija relacionadas con eventos deportivos reales” (apuestas deportivas).

Según el término legal, la actividad económica de las apuestas deportivas puede ser explotada por el sector privado en un entorno competitivo, lo que brindará varios beneficios a Brasil, como la atracción de inversiones extranjeras, la creación de empleos y la recaudación de impuestos. Sin embargo, estos beneficios solo se materializarán efectivamente si la regulación se realiza de forma correcta y si se observan las mejores prácticas internacionales.

Por ello, un sistema regulatorio sólido debe respetar los deseos de los principales actores de la industria. Sobre este tema, la Secretaría de Evaluación, Planificación, Energía y Lotería del Ministerio de Economía (SECAP-ME) —encargada de redactar el decreto que regulará la actividad— viene adoptando una postura ejemplar, al realizar tres consultas públicas para escuchar sugerencias del sector y de la sociedad.

El decreto aún no se ha promulgado y, por lo tanto, las apuestas siguen sin estar reguladas en Brasil. Sin embargo, en los últimos dos años, SECAP ha compartidos dos proyectos de decreto, el primero en septiembre de 2019 y el segundo en febrero de 2020, que presentaban una aparente dirección de lo que se puede esperar de la regulación.

Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, el presente trabajo busca traer a la luz algunas de las consideraciones sobre la regulación de las apuestas deportivas en Brasil, basándose principalmente en las disposiciones de la Ley N° 13.756/2018 y en los proyectos de decreto compartidos por SECAP a la fecha.

La limitación de los juegos de azar legalizados

Según el sistema legal brasileño, las apuestas deportivas se consideran un juego de azar. Entre los numerosos juegos de azar existentes, solo las apuestas deportivas han sido legalizadas por la Ley N° 13.756/2018, que plantea la siguiente pregunta: ¿por qué legalizar solo una modalidad de juego y mantener ilegales a las demás?

El objetivo principal de la regulación de las apuestas deportivas es atraer a los apostadores brasileños, que actualmente utilizan operadores sin licencia, al mercado legal y regulado. En tanto, mantener a otros juegos en la prohibición termina dandole más fuerza al mercado ilegal.

Analicemos el siguiente ejemplo: supongamos que la empresa Sportingbet abre una sucursal en territorio brasileño después de la regulación, cumple con todos los requisitos, respeta los parámetros legales y obtiene una licencia para operar. Al legalizar solo las apuestas deportivas, los productos que Sportingbet puede ofrecer a los consumidores en su sitio web están restringidos.

Por otro lado, la empresa bet365 decidió no obtener una licencia en Brasil. Su sitio web, por supuesto, permanece activo y disponible en varios países —como Brasil— y, además de apuestas deportivas, ofrece bingo, ruleta, blackjack, casino, lotería, carreras de caballos, etc. El margen de beneficio canalizado por la venta de estos productos proporcionarán a bet365 una ventaja para ofrecer mejores probabilidades en las apuestas deportivas en comparación con Sportingbet. Aunque los apostantes siempre se inclinan a utilizar el mercado con licencia, al final del día, la gran mayoría buscará las mejores probabilidades online, lo que llevará a que se fortalezca un mercado sin licencia.

La legalización de las apuestas deportivas es un buen primer paso, pero no es suficiente para que Brasil alcance el potencial de la industria. Hay proyectos de ley en el Congreso Nacional que buscan legalizar otros juegos de azar, pero por ahora es evidente que la legalización parcial de los juegos de azar terminará debilitando a empresas que, al obtener una licencia en Brasil, aceptarán voluntariamente restringir la gama de productos que ofrecerán a los consumidores.

Definición de apuestas deportivas

En la misma línea, cabe destacar que la regulación también debe aclarar qué espectro de apuestas deportivas se está legalizando en Brasil. De acuerdo a la definición en la Ley 13.756/2018, el Artículo 29 – §1º dispone: “La modalidad de lotería a la que se refiere este artículo consiste en un sistema de apuestas relacionado con eventos reales de temática deportiva, en el que se define, en el momento de realizar la apuesta, cuánto puede ganar el apostador en caso de un pronóstico correcto”.

Esta definición permite varias interpretaciones de actividades que pueden llegar a encajar o no en este perfil. La ausencia de una definición clara ciertamente traerá incertidumbre al mercado brasileño, ya que hay actividades explotadas a nivel internacional que son consideradas “apuestas deportivas” pero no pueden serlo en Brasil.

Por ejemplo, el comercio deportivo —una modalidad de intercambio o “bolsa de valores deportivos”— es un producto de gran relevancia en la industria internacional del juego. Sin embargo, según la definición que da la ley de las apuestas de cuota fija, no está claro si esta modalidad estará contemplada en el reglamento.

Lo mismo ocurre con plataformas como Football Index, el “mercado de valores de jugadores”, donde los fanáticos compran las “acciones” de los jugadores con el objetivo de capitalizar su valor futuro más allá de un evento deportivo específico. Dado que no existe una definición de “cuánto puede ganar el apostante en caso de un pronóstico correcto”, precisamente porque no hay un pronóstico o un evento deportivo específico, no se sabe cómo contemplará el Ministerio de Economía a tal actividad.

Asimismo, EA Sports, desarrollador de la franquicia FIFA, ha sufrido en los últimos años por las microtransacciones ejecutadas dentro de la modalidad Ultimate Team (FUT) del juego. Las denominadas loot boxes, paquetes de atletas que se pueden adquirir a través de la provisión económica real de los gamers, en las que prima la aleatoriedad y la incertidumbre de los deportistas adquiridos (como una máquina tragamonedas), han sido considerados juegos de azar y han sufrido duras críticas en la industria del juego, principalmente porque se ofrecen a menores. Por este motivo, EA Sports tiene juicios en países como Estados Unidos, Francia y Bélgica, este último que ya ha bloqueado la venta del producto en su territorio. En Brasil, esta modalidad sigue estando autorizada, incluso para menores.

Dado lo anterior, una definición clara de las apuestas deportivas legalizadas es fundamental para un funcionamiento correcto de la industria brasileña.