Dos modelos contrarios de juego legal en Brasil dividen las opiniones de los legisladores

Brasil va dejando atrás el período de oposición entre los defensores del juego legal y aquellos que pretenden que la industria siga operando en la ilegalidad.

En los últimos meses, funcionarios clave del gobierno de Jair Bolsonaro han brindado un apoyo transparente a la legalización del juego, como fue el caso de Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de Diputados, y de Hamilton Mourão, vicepresidente de la república. 

Sin embargo, tras las declaraciones de ambos a comienzos de esta semana, todo pareciera indicar que únicamente el sector de casinos en tierra quedará legalizado. 

Entre los representantes del juego en Brasil, hay quienes demuestran preocupación porque solo se legalicen los casinos, como el presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados, Newton Cardoso Jr., y el presidente del Instituto Brasileño de Juego legal (IJL), Magnho José.

Por el contrario, están quienes tienen el objetivo de bajar las expectativas y regular exclusivamente los casinos en resorts, como el presidente de la Cámara de Diputados, que aseguró que “de lo contrario, no se puede aprobar”. 

Los argumentos de los primeros apuntan a que una regulación que solo incluya a los casinos derivaría en un monopolio en la industria por parte de inversores extranjeros, especialmente de Estados Unidos.

Podría ser el caso de Sheldon Adelson, dueño de Las Vegas Sands, que a lo largo de los años ha demostrado un inagotable interés en instalar un lujoso resort casino en alguna ciudad turística del país. En este sentido, legisladores y representantes del sector del turismo en Brasil han estado llevando a cabo reuniones con Adelson desde el 2019.

Por su parte, Maia considera como un “problema” que los defensores del juego quieran legalizar todos los sectores —bingos, Jogo do Bicho, casinos online, etc.—, ya que “eso no funcionará”, explicó.

Contrariamente, defiende la regulación de los casinos integrados como impulsora de la economía brasileña, ya que generaría entre 250.000 a 300.000 empleos, además de una recaudación estimada de 25.000 millones de reales. Asimismo, han aprobado este modelo el alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, y el ministro de turismo, Marcelo Álvaro Antônio

De esta manera, los legisladores consideran que podrían conseguir el apoyo del bloque evangélico, uno de los principales aliados de Bolsonaro y, también, uno de los máximos detractores del juego legal en Brasil.