El operador chileno de casinos Dreams logró el visto bueno de las autoridades ambientales del Maule para avanzar con la construcción de un centro ferial con casino en Talca, una obra de 21 millones de dólares que levantará la ex Fital.
Como destacaron las autoridades chilenas, el proyecto promete reactivar la economía local y generar cientos de empleos, aunque por el momento avanza sin someterse a una Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), a pesar de estar muy cerca de un humedal urbano recientemente declarado
Aunque el terreno no fue considerado como área protegida cuando se postuló —lo que permitió eludir el proceso de la EIA— hoy se ubicaría a menos de 50 metros del Río Claro y el Estero Piduco, reconocidos como humedal urbano desde diciembre de 2024. Además, cabe destacar que se ubica en una zona inundable que en 2023 se convirtió en punto crítico tras la histórica crecida que sumergió el Estadio Fiscal de Talca.
Sin embargo, la empresa ingresó una Consulta de Pertinencia al SEA para confirmar que no necesita realizar la EIA. Mientras tanto, la justicia ya respaldó la licitación adjudicada a Dreams, rechazando recursos del Casino Talca que alertaban sobre riesgos de inundación y falta de idoneidad del terreno. Pero ese fallo no implica cambio de uso del suelo ni aval definitivo para empezar las obras, ya que todavía faltan permisos sectoriales y mitigaciones hidráulicas.
Los defensores del proyecto aseguran que la construcción contemplará pilotes y obras hidráulicas para reducir el riesgo hídrico, y que mantendrán una distancia de más de 300 m con el cauce principal. También argumentan que ofrecerá más de 400 empleos directos durante la etapa de construcción y creará cientos de trabajos permanentes una vez que entre en funcionamiento.
Oposición al nuevo casino de Dreams
De todas formas, varios grupos que buscan proteger el humedal advierten que hubo un reconocimiento tardío del área protegida, lo que permitió que el proyecto esquive la evaluación ambiental, sin analizar cómo afectará la conectividad ecológica, las especies protegidas o la infraestructura de drenaje. Para grupos como Terram y Pais Circular, esto evidencia “una falencia en el sistema de fiscalización”, donde la velocidad de los permisos puede superar las nuevas declaratorias ambientales.
Por otro lado, aseguraron que “el proyecto será emblemático: más que un casino, es una prueba para el sistema regulatorio y para la autoridad sanitaria del SEA”, ya que debe decidir si la consulta se resuelve sin EIA o si abre la puerta a una excepción peligrosa.