Kamilla Yazawa, Vanguard Entertainment: ¿Cómo puede Brasil afrontar los nuevos impuestos para el juego?

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¿Cómo pueden los impuestos post-regulación afectar el desarrollo del mercado de apuestas en América Latina? Mientras Brasil discute impuestos selectivos e impuestos retroactivos, otros países del sur del continente ya pasan por pruebas que pueden enseñar mucho al país.

A principios de 2025, el gobierno de Gustavo Petro en Colombia aprobó la implementación de un impuesto al valor agregado (IVA) para todas las transacciones de juegos y apuestas, cobrado directamente al jugador.

Según Fecoljuegos, organización que agrupa a los principales actores del juego colombiano, la industria cayó 30 por ciento en el primer mes de vigencia del impuesto. Así lo dio a conocer el presidente de Fecoljuegos, Evert Montero Cárdenas, quien afirmó que los jugadores están migrando a sitios web ilegales para evadir el impuesto, lo que ha reducido los ingresos brutos (GGR).

Según cálculos de Fecoljuegos, los jugadores destinaban en promedio entre 150.000 y 250.000 pesos colombianos mensuales a sus cuentas de apuestas, pero esta cifra se ha reducido a la mitad desde que entró en vigencia el impuesto.

Como el impuesto se deduce del depósito del jugador, esto reduce la capacidad de apuestas de cada usuario, lo que ha provocado una caída general en los depósitos.

Impuestos sobre las apuestas deportivas en Brasil

En Brasil, esta es una de las mayores preocupaciones de los operadores: ¿cómo respetar los impuestos gubernamentales y aún así mantener el volumen de apuestas y usuarios en la plataforma? ¿Hasta qué punto es posible absorber los costes? ¿Cómo puede el país aprender de los ejemplos de los países vecinos?

Para Kamilla Yazawa, Chief Compliance and Legal Officer de Vanguard Entretenimento Brasil, “la gente no tiene idea de la cadena de prestación de servicios” que mueve a los operadores.

“Si le preguntas a cualquier persona común y corriente, la percepción que la gente tiene del sector es que es un sector extremadamente rentable, que las casas de apuestas ganan mucho dinero con los jugadores, que es un sector en el que una empresa entra y automáticamente mueve millones, y eso no es exactamente así”, explicó en una entrevista con SBC Notícias Brasil.

Para Kamilla, las costosas operaciones, sumadas a los impuestos que aún deben pagarse, pueden complicar las operaciones de las casas de apuestas en el país.

Si la operación no cuenta con una plataforma propia, esta cobra un porcentaje, y los proveedores cobran otro. Es un mercado extremadamente costoso, sin mencionar el GGR, pero la gente no lo entiende, no comprende el costo de esta operación.

Los operadores intentan absorber el impacto financiero de los impuestos

Una de las políticas implementadas frente al IVA vino de la mano de Stake Colombia, una de las marcas líderes en el mercado. El operador anunció que compensará a sus usuarios por el impuesto del 19 por ciento que aplica el país. Según la compañía, esto les permitirá “seguir disfrutando de sus juegos favoritos, sin preocuparse por costes adicionales”.

Una decisión similar tomó Luckia, que anunció que cubrirá el 100 por ciento del costo adicional que genere la nueva tarifa para sus usuarios. En este caso la única condición es que el depósito sea mínimo de 10 mil pesos colombianos.

¿Cómo funciona? Cada vez que realices una recarga, se te deducirá el 19 por ciento de IVA (dividiendo el importe de la recarga entre 1,19) y recibirás una bonificación equivalente al importe deducido, explicó Luckia en su sitio web.

En un país con una cultura de impuestos altos y consumidores rodeados de apuestas lucrativas, no parece productivo a largo plazo que las empresas cubran los impuestos dirigidos al jugador, como en el caso de Brasil.

En marzo de este año, Robinson Sakiyama Barreirinhas, secretario especial de la Receita Federal de Brasil (RFB), dijo a la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI das Bets), que el impuesto selectivo a los jugadores no tiene un papel recaudador, sino más bien disuadir a los apostadores.

Creado para aplicarse a bienes y servicios considerados nocivos para la salud o que generan externalidades negativas, como las bebidas alcohólicas, los cigarrillos y los combustibles fósiles, el impuesto selectivo también pretende alcanzar a las apuestas deportivas y los deportes de fantasía.

“Sería injusto decir que existe un camino perfecto en relación con este tipo de tributación [IVA] junto con el coste operativo, porque trasladar el valor al jugador conlleva un estigma negativo”, explicó Yazawa.

Se entiende que el jugador se siente perjudicado: “No me cobraron por esto y ahora me están pasando esta cantidad”. Esto lleva a la redirección a casas de apuestas ilegales que no tienen este tipo de costo y que ofrecen mejores cuotas, porque no tienen estos cargos. Al mismo tiempo, es una competencia totalmente desleal.

Aún en la opinión de Kamilla, la implementación de más impuestos y el impacto perjudicial sobre las casas de apuestas es un “escenario temporal”, teniendo en cuenta que el mercado regulado aún está en sus inicios y la tendencia es que los actores del sector disminuyan en los próximos años.

Se espera que el número de casas de apuestas que operan en Brasil se reduzca a la mitad en los próximos cinco años, ya sea consumidas por grandes empresas del mercado o porque no logran sostener sus operaciones.

Según Yazawa, este movimiento debería generar “un monopolio que trasladará [el importe del impuesto] a los jugadores de la misma manera”. Pese al movimiento normal del mercado, la abogada refuerza que la rebaja a favor de una mayor imposición directa es igualmente mala, pues “también redirecciona menos aportaciones al sector”.

¿Qué pueden hacer las empresas para protegerse ante un escenario de altos impuestos?

Yazawa reforzó que no basta con la educación del jugador, pues es necesario que las empresas se unan en un ecosistema para mantener la competencia abierta y mantener vivo el sector.

“Proporcionar información y decirles a los actores que se trata de una transferencia de impuestos provenientes del Estado no reducirá el desgaste. La medida más adecuada para el sector sería unirse a través de asociaciones, para que las empresas fomenten una mayor incidencia”, argumentó.

El papel de las asociaciones sería crucial, en opinión de Kamilla, porque las empresas tendrían entonces a alguien que luchara por ellas, al tiempo que ellas pueden mantener sus operaciones.

“Las asociaciones se mueven por provocaciones, no basta con que una casa se asocie, tiene que participar activamente”, argumentó con firmeza y en tono optimista.