Esmeralda Britton González, presidenta de la Junta de Protección Social (JPS) de Costa Rica, hace un balance en exclusiva para SBC Noticias de lo que fue este 2020, cómo la pandemia afectó a la industria local y cuál es el camino a seguir de cara a un nuevo año.
En Costa Rica, como en el resto del mundo, 2020 fue un año diferente a las ultimas décadas ante el impacto económico que provocó la pandemia de COVID-19. Desde la Junta de Protección Social (JPS), administradora de la lotería estatal, fue necesario suspender —durante un período— los sorteos de los dos productos de lotería pre impresa que mayores utilidades permiten generar.
Como el ave fénix, resurgió luego de establecer protocolos sanitarios para una venta segura. Pero, además, la crisis sanitaria impulsó la apertura del primer canal de venta en línea de esos productos, proyecto en el que ya se venían trabajando.
Ciertamente, 2020 nos deja una baja en las metas de generación de utilidades para más de 500 programas sociales que tienen en la lotería su principal fuente de financiamiento.
El impacto pandemia deja a Costa Rica un impacto de -19,66 por ciento en las ventas brutas que a su vez se refleja en las utilidades, el pago de impuestos, los ingresos de vendedores y el aporte social.
Para minimizar el impacto social, hubo que, de nuevo, con perseverancia y creatividad, buscar una salida: la encontramos. Dejar en modo stand-by el financiamiento de algunos proyectos, —especialmente de infraestructura, cuyo retraso no implicaría un deterioro en la atención de las personas en vulnerabilidad—; para tomar una parte de esos recursos y aumentar el aporte para la atención directa de las personas. De esta forma se aseguró el cuido, salud, techo, vestido y alimento de miles de personas en esos programas.
La decisión de habilitar el punto de venta directa desde internet y el pronto reinicio de los sorteos han permitido que la ruta de la normalización de los sorteos se esté consolidando. Los sorteos de lotería popular ya volvieron a efectuarse dos veces a la semana, la lotería nacional todavía no llega a esa estabilidad, pero paulatinamente va mejorando.
El punto de venta permite dar un segundo aire al producto pre impreso que normalmente no retiran vendedores y se respeta la lotería asignada a esa fuerza de ventas, externa a la JPS y que es además otro beneficio de la lotería estatal pues permite la generación de ingresos a más de 1.900 personas.
Como apoyo solidario a la fuerza de ventas, la JPS encontró también una oportunidad legal que le permitió el pago de un subsidio por tres meses a este grupo de personas que de la noche a la mañana se quedaron sin ingresos.
También, en su apoyo, se puso en marcha un programa de fidelidad que les brinda capacitación, les permite incluirse en bases de datos por zonas para que los clientes puedan ubicarles. Además, se continuó con el impulso de uso de SINPE MOVIL, una plataforma celular que permite la compra venta de lotería reduciendo el riesgo de contagio y mejorando la seguridad.
La JPS a la vez que es administradora de la lotería estatal en Costa Rica y el ente regulador. Para el año 2021, se proyecta la de nuevos juegos a la cartera de productos, acompañados de mecanismos para regularlos.
El principal reto para el año venidero se asienta en la necesidad de incrementar las utilidades para la población vulnerable del país, a través de la captación de diferentes segmentos de mercado, evaluando la rentabilidad y aceptación del mercado para la comercialización a través de nuevos modelos de comercialización.
En relación con la venta loterías electrónicas, se seguirán potenciando estos juegos y se analizará el potencial de sumar nuevos o hacer modificaciones a los actuales de manera satisfagan los gustos y preferencias de los compradores, esto permitirá reforzar el nombre de Costa Rica dentro de la industria mundial de juegos de azar.
Desde la Junta Directiva se tiene claridad de que se requieren mejoras, pero, es claro que, en la ruta de la vida de las organizaciones, siempre hay que enfrentar esos retos. La JPS celebró este año su 175 aniversario y, a pesar de los obstáculos de este 2020, pudimos innovar y continuar nuestros procesos de transformación digital, lo demuestran que la Junta no se detiene.
