SBC Notícias Brasil: Regulación, amaño e impuestos

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Brasil, el séptimo país más poblado del mundo, el quinto más grande a nivel global y la economía más importante de Latinoamérica y el Hemisferio Sur, se posiciona como una potencia en cualquier tipo de sector imaginable: comercio, operaciones, negocios, desarrollo, deportes y, sobre todo, pasión.

Tan solo una de esas características es necesaria para subrayar a Brasil como un líder para la industria de las apuestas deportivas por lo que, si se consideran todas juntas, no cabe duda que está en camino a convertirse en uno de los mercados más atractivos.

Foco en Brasil, el nuevo segmento de SBC Notícias Brasil, revisará los últimos desarrollos de la industria en el país, con el objetivo de mantener a los lectores actualizados.

Queda claro que el 2023 puede finalizar como un año clave para las apuestas, ya que el nuevo gobierno de Lula da Silva ha decidido tomar las riendas y avanzar con el proceso de regulación.

Las últimas semanas han sido un fiel reflejo del interés que actualmente existe en este mercado. De hecho, el avance más significativo ha sido que se han compartido detalles sobre el borrador enviado a la Procuraduría General del Tesoro Nacional sobre la medida provisional propuesta.

Esta dispone un impuesto del 16 por ciento en los ingresos brutos y un valor de aproximadamente 5.9 millones de dólares por licencia, que sería renovable y por cinco años.

Bajo uno de los artículos, se contempla una exención de impuestos similar a la que se aplica a las loterías. Es decir, se trataría de un límite para premios de hasta 1.903,98 reales, por lo que los ganadores no tendrían que pagar este impuesto. De esta forma, aproximadamente un 75 por ciento de los jugadores no tendrían que pagar el gravamen por premios en las apuestas online.

El proyecto, además, incluiría provisiones para resguardar la integridad del deporte y para proteger a los atletas.

La lotería instantánea Lotex, que en su momento se consideró como la segunda a nivel mundial en cuanto a ingresos, regresaría con esta regulación, apuntando a generar alrededor de 985 millones de dólares anuales. Así, la recaudación total, incluyendo las apuestas, sería de entre 2.3 mil millones y 2.9 mil millones de dólares.

Otro de los importantes desarrollos recientes en Brasil ha sido el de la participación de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y los equipos de fútbol.

En primer lugar, la CBF quiso representar directamente a los clubes, tal como lo hace a la hora de organizar los torneos locales. Por otro lado, también pidió un aumento del 1,63 por ciento al 4 por ciento de los ingresos netos de la actividad que percibiría el fútbol, mientras que de ese dinero, se quedaría con un 20 por ciento y repartiría el 80 por ciento restante entre los clubes.

Ante esto, los equipos decidieron unirse y reclamar una participación directa: no quieren ni ser representados por la CBF ni que la entidad reciba dinero por las operaciones.

De hecho, 8 equipos de alto perfil del país fueron más allá y exigieron un 5,01 por ciento de los ingresos brutos de forma directa de los operadores, para ser distribuidos proporcionalmente al volumen de apuestas en cada uno de los partidos de los equipos, y que la CBF solamente obtenga dinero de las apuestas sobre los partidos que disputa la selección nacional. Ante una negativa, podrían no prestar sus marcas e imágenes a los operadores.

La CBF ya ha decidido retirarse del proceso, pero solamente para no verse envuelta en un ida y vuelta entre las organizaciones, los clubes, los comités gubernamentales y la opinión pública. La única forma, hasta el momento, en que la CBF participaría, es si trata el tema directamente con Fernando Haddad, el ministro de Economía de Brasil.

Se espera que entre esta semana y la entrante se discuta nuevamente este proyecto, con el objetivo de llegar a un mercado regulado antes de mitad de año.

Un aspecto a destacar sobre los tiempos que maneja Brasil alrededor de estas reglas es el de la integridad, ya que los avances recientes también pueden llegar a considerarse como resultado de distintos escándalos y confusiones tanto en la Série A como la B del fútbol local.

Por ejemplo, el Ministerio Público de Goiás llevó a cabo allanamientos y arrestos por distintos casos de manipulación en cinco partidos del 2022, que involucran al menos a ocho jugadores.

La CBF aseguró que no analizará cancelar los partidos investigados, pero que continuará trabajando para combatir este problema en el fútbol.

Otro caso interesante es el de Ferreira, un futbolista del Gremio de Porto Alegre, quien promocionó una apuesta en sus redes sociales que involucraba a su propio equipo y a su patrocinador, Esportes da Sorte.

Como ya es sabido, esta práctica está totalmente prohibida por la CBF y por FIFA, y lleva desde multas económicas hasta la prohibición de disputar encuentros por múltiples años.

A pesar de que tanto el operador como el agente del jugador confirmaron que se trató de un acuerdo por publicitar la marca por el cual el futbolista recibió dinero, y no de una apuesta real —aunque esto también está prohibido—, hasta el momento no se conoce más información sobre la investigación.

Mirando hacia los próximos meses, podría esperarse que Brasil comience las discusiones sobre la publicidad de las apuestas, tanto para regular los acuerdos de patrocinio entre los clubes y las empresas, como para monitorear y restringir la exposición de las marcas al público.