En Brasil, el mercado de apuestas está pasando por varios cambios. Desde el año pasado, cuando el presidente Luiz Inácio Lula da Silva sancionó la Ley Nº 14.790/2023, que regula el juego online y las apuestas deportivas a nivel federal, el Ministerio de Hacienda estableció normas, definió impuestos y valor de subvenciones para el sector, y abrió espacios para que las loterías estatales operen apuestas en el país.
Aunque parece que la industria de las apuestas domina el panorama publicitario del país, un estudio realizado por Tunad, una plataforma de seguimiento de campañas publicitarias, reveló que menos del 3 por ciento de los anuncios en canales abiertos provienen de empresas de apuestas deportivas.
En abril, mes de inicio del Campeonato Brasileño, hubo un repunte de la publicidad, alcanzando el 2,9 por ciento. El resto de meses, la publicidad de las casas de apuestas no superó el 2,7 por ciento.
La encuesta también analizó que las campañas publicitarias del sector aumentan significativamente durante los descansos entre eventos deportivos, lo que indica una estrategia de marketing enfocada al público objetivo.
Las empresas destacadas durante este periodo fueron Betano, con el 23 por ciento de los anuncios, y Superbet, con el 17 por ciento. Luego, Sportingbet (11 por ciento), Esportes da Sorte (6 por ciento) y Betsul (5 por ciento) también estuvieron significativamente presentes en las campañas publicitarias en los canales abiertos nacionales.
El mercado de Brasil sirve como ejemplo para la región
La Asociación Internacional de Integridad de las Apuestas (IBIA) llamó a imitar el modelo de integridad deportiva impulsado en el nuevo marco regulatorio brasileño en el resto de Latinoamérica.
Según el organismo internacional, es indispensable redoblar esfuerzos para abordar el amaño de partidos, y consideró que el modelo de Brasil, que requiere a los operadores que se unan a un organismo independiente de monitoreo de integridad, es un modelo a seguir. IBIA advirtió que reportó 127 casos de apuestas sospechosas en Latinoamérica durante los últimos cinco años. Por eso, celebró que la Ordenanza 827/2024 de Brasil exija la presentación de informes de integridad.