La Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) sobre los amaños deportivos en el fútbol de Brasil cerró su primera etapa de investigaciones ante el descontento de los mismos legisladores. En principio, todavía no publicarán un informe final hasta que sea analizado por cuatro diputados que solicitaron una revisión.
Según indicó la Agencia de Noticias de la Cámara de Diputados de Brasil, en esta etapa concluida esta semana, la CPI realizó nueve audiencias públicas y escuchó a jugadores, fiscales y representantes de la Confederação Brasileira de Futebol (CBF), del gobierno y de algunas casas de apuestas.
Sin embargo, el punto más criticado fue que faltaron declaraciones de más representantes de las casas de apuestas que actualmente están activas en el mercado de Brasil. De todas formas, el diputado Felipe Carreras, relator del proyecto de regulación del juego en el país, explicó que no se habían encontrado pruebas contra los operadores y que, de hecho, los informes mostraban que habían resultado perjudicados por los amaños.
“Lo dijo el fiscal general del Ministerio Público de Goiás, quien inició competentemente toda la investigación que culminó con la Operación Pena Máxima, así como el fiscal del Ministerio Público y la institución de la Policía Federal, que no identificaron pruebas de estos compañías. Al contrario, resultaron perjudicadas”, justificó Carreras, que ya había difundido un informe preliminar el día 19 del corriente mes.
El diputado explicó así la posición de la CPI de no convocar a las empresas operadoras, luego de que varios diputados se expresaran ayer (martes 26) en contra de la labor que hasta ahora está llevando a cabo la comisión. Los cuatro legisladores pidieron ahora ver el informe, impidiendo así la votación.
El pedido de revisión, que requeriría dos sesiones más del Pleno para analizar el informe final, provino de los diputados Wellington Roberto, José Rocha, Marcelo Álvaro Antônio y Márcio Marinho, quienes expresaron su descontento con el avance de las investigaciones y las conclusiones del relator.
“Pido ver este informe, que no dice nada de nada. Ni siquiera dice todo lo que se dejó pasar aquí, en esta comisión, que se aprobaron solicitudes de convocatoria e invitaciones que no se implementaron”, criticó Wellington Roberto.
Por su parte, Marcelo Álvaro Antônio se había quejado especialmente de la falta de convocatoria a las empresas de apuestas. “El informe frustró las expectativas de quienes desearían que se trabajara seriamente en esta CPI”, lanzó.
Mientras tanto, las investigaciones iniciadas por el Ministerio Público de Goiás derivaron, por el momento, en la imputación de 14 personas y en la suspensión de tres jugadores por parte de la FIFA. En el informe, Felipe Carreras llegó a la conclusión de que “el fútbol brasileño, y el deporte en general, están muy expuesto a la práctica criminal de manipulación de resultados, debido al crecimiento del mercado de apuestas deportivas”.
Incluso con el cierre de la CPI sin conclusiones oficiales, el diputado quiere continuar con los cuatro proyectos de ley que sugirió en su informe. “Para disciplinar el fútbol brasileño y acabar con esa segmentación de las apuestas, es decir, para regular sobre tarjetas amarillas, rojas y expulsiones”, detalló.
Los proyectos de ley también abordan la obligación de que los directivos y entrenadores de los clubes denuncien ante las autoridades competentes la práctica del delito de amaños deportivos, bajo responsabilidad penal; y la tipificación penal de la conducta de explotar una plataforma de apuestas de cuota fija sin autorización previa de órgano competente.
Asimismo, en la última reunión de la CPI de esta semana, varios diputados querían continuar el debate en torno al informe, incluso sin perspectivas de votación. Pero el presidente de la comisión, el diputado Julio Arcoverde decidió poner fin a esta etapa.
“El pedido de revisión provoca que se cierre la CPI sin informe. Ya no tiene sentido celebrar una reunión una vez que se avance con la regulación. La sesión está cerrada”, concluyó Arcoverde.