Gustavo Guimarães: el juego en Brasil, en pocas palabras

En la Edición 21 de la SBC Leaders Magazine, Gustavo Guimarães, ex titular de la Secretaría de Evaluación, Planificación, Energía y Lotería (SECAP) y asesor del Senado analizó el panorama del juego en Brasil. En esta segunda parte de su análisis (ver primera parte) aborda las posibilidades de regulación en el país y analiza el futuro del sector del juego y las apuestas.

Desde el momento en que la Ley 13.756/2018 autorizó las apuestas deportivas, las empresas internacionales han desembarcado en Brasil, aunque mantienen sus operaciones en el exterior. Es el peor escenario posible, ya que todo el dinero que se juega resulta en ingresos e impuestos hacia el exterior, pero las posibles consecuencias negativas, como el juego problemático, se queda dentro del país.

Gustavo Guimarães, asesor del Senado de Brasil y ex titular de SECAP.

Aún hay muchos detalles que pulir para que el marco regulatorio esté listo antes de la fecha límite legal de 2022. El modelo de competencia es clave para la regulación. La Ley 13.756/2018 permitió dos caminos: concesión o autorización, un proceso más simple, ya aplicado para sectores como la aviación civil. El desafío principal es establecer las reglas básicas, pero la mayor parte del trabajo ya está completa.

La antigua Secap realizó tres consultas públicas, y uno de los hallazgos principales fue el reclamo por un modelo más liberal: licencias ilimitadas bajo el proceso de autorización.

Fijándose en las prácticas internacionales, el objetivo principal de Secap siempre fue proponer una regulación que proteja a los jugadores, promueva la expansión del sector en forma sustentable y la responsabilidad social corporativa. Todo eso, mientras se creara un ambiente competitivo para el juego, teniendo en cuenta el apremio del tiempo. No solo por la fecha límite legal del 2022, ni por la oportunidad que supone tener el mercado de las apuestas listo para la Copa del Mundo de la FIFA, sino por la posibilidad de crear nuevos empleos, ingresos y dinero para los brasileños. Cada día que pasa sin un mercado de apuestas deportivas regulado es otro día sin poder cosechar sus beneficios.

No solo el modelo de autorización es más rápido, sino que también presenta mayor atractivo para los inversores y un mayor retorno financiero para el Gobierno. Ya que es un esquema legal, el Gobierno Federal puede regular el sector y fijar los requisitos para permitir que los operadores exploten el mercado nacional con actos infra-legales (como: gobernanza y capacidad técnica, mercado socialmente responsable, publicidad y permisos de marketing, reglas para estandarizar el mercado local y extranjero y requisitos de capital mínimo) y pagos regulares por la licencia, estableciendo barreras ideales para compañías no calificadas y cubrir los premios.

El diseño de cualquier sistema regulatorio a nivel mundial mejora con el tiempo. La política regulatoria óptima tiene que ser dinámica, integrando el mercado y aprendiendo en el proceso de hacer. El sistema financiero brasileño, uno de los más seguros, estables y robustos del mundo, usa un “sandbox regulatorio” para evaluar nuevos modelos y puede ser una referencia para la incipiente regulación del juego.

El segundo paso es expandir el foco del juego legalizado en Brasil, incluyendo casinos, bingo, juego online y otras modalidades. Hay muchos proyectos en el Congreso, además de la PL 442/1991 y la propuesta del Senado 186/2014, que están bajo revisión.

El Senado, la “Casa de la Federación”, no debe ser omitido en una discusión tan importante no solo para la industria, sino para todos los brasileños. Curiosamente, todas las encuestas de opinión de DataSenado, el instituto de investigación de la Cámara Alta, muestran un gran apoyo por la legalización del juego.

Tras muchos años de debate, Brasil se encuentra ante un nuevo momento crítico. El boom de las apuestas en 2021 y 2022 ha fijado nuevos récords tras la pandemia, a medida que los turistas regresan a los destinos claves del juego en el mundo.

Se necesita ir más allá. La industria del juego en Brasil es enorme, no solo en tamaño, sino también en oportunidades. Como en el carnaval, la samba o muchos deportes, Brasil tiene juego de nivel mundial. El póker y los esports son ejemplos excelentes.

Ambos han crecido en el país con campeonatos internacionales, jugadores y organizaciones eligiéndolo como base. También es urgente establecer un marco regulatorio que les dé seguridad jurídica a ellos.

A pesar de las acciones del Poder Legislativo y Ejecutivo, el Judicial ha estado activo y puede ser decisivo en el futuro del juego.

El STF pronto juzgará si la prohibición del juego es inconstitucional (apelación extraordinaria 966.177) y su fallo será decisivo para la legislación de la industria.

El ecosistema del juego en Brasil está destinado a crecer. Todas las ramas del Gobierno han dado pasos para avanzar con esta agenda. En los próximos años, el juego continuará siendo un tema de interés en Brasil. Permite soluciones modernas para atraer inversiones y contribuir a los ingresos públicos, la solvencia fiscal y asistir a actividades económicas afectadas por la pandemia.

En pocas palabras, 80 años tras la prohibición del juego, estamos listos para aprovechar las oportunidades en la industria del juego y las apuestas.

Tenemos una gran oportunidad de alcanzar una prominencia mundial en el mercado regulado de las apuestas deportivas, luego de años de trabajo duro.

Regulación solvente, legislación balanceada y una decisión racional de la corte podrían pavimentar el camino para concretar el potencial del empleo y los ingresos para los brasileños, además del financiamiento de causas sociales. Los próximos años estarán más movidos que nunca para el juego y las apuestas en Brasil.