El director de competiciones de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Júlio Avellar, compareció este lunes ante la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) del Senado brasileño que investiga el fraude en las apuestas y el amaño de partidos.
El cuerpo de la Legislatura, presidido por el senador Jorge Kajuru, buscaba información sobre el accionar del organismo. Puntualmente, con respecto a los datos provistos por Sportradar, que tiene un acuerdo con la CBF para monitorear el fútbol local.
Avellar explicó que la empresa supervisa unos cinco mil partidos por año y presenta los debidos informes ante casos de operaciones sospechosas.
“Recibimos el informe y primero analizamos si es de alcance nacional o estatal. Una vez analizado, se envía el informe. En el caso de competiciones nacionales, se envía al STJD y al comité de ética de la CBF. Si los resultados involucran a los (Campeonatos Estaduales), los informes también se envían a las federaciones”, detalló.
La investigación sobre el amaño de partidos en Brasil surgió, principalmente, tras la llamada Operación Pena Máxima, que involucra a encuentros de la Série B entre Vila Nova y Sport, Criciúma y Tombense y Sampaio Corrêa ante Londrina. El caso se destapó tras las denuncias del propio presidente del Vila Nova, Hugo Jorge Bravo.
Avellar afirmó desconocer el esquema fraudulento investigado en dicho caso, y explicó que todos los reportes de operaciones sospechosas que recibió fueron remitidos a los órganos competentes.
El director de competiciones también reforzó que incluso el Reglamento General de Competición de la CBF ha sufrido cambios, permitiendo que las personas involucradas en la manipulación de partidos y resultados sufran también sanciones administrativas, independientes de otras existentes en el CBJD y la Legislación Federal.
Junto a Avellar, también estuvieron Gilnei Botrel, ex director financiero de la CBF, André Megale, ex director de gobernanza y cumplimiento de la CBF, y Rômulo Reis, ex responsable de integridad de la CBF.
