Molly Bloom: hay que reinventarse de vez en cuando

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No es frecuente que las palabras notorio y póker encajen juntas, pero los delegados en SBC Summit Barcelona descubrieron que, precisamente, de eso se trata la increíble historia de Molly Bloom.

En el transcurso de unos fascinantes 30 minutos, contó su historia de determinación, éxito, derrota, reconstrucción, autoperdón y mucho más para dejar cautivados a los espectadores.

Al relatar la experiencia compartida de los asistentes, Bloom comenzó encantada de que los espectadores pudieran, hasta cierto punto, comprender el atractivo y el encanto del juego en el centro de atención.

“No siempre sucede que me levanto aquí para contar mi historia y lecciones y sé que la sala comparte la experiencia. Aprendí más sobre el mundo, sobre mí misma, sobre la vida, dirigiendo un negocio de apuestas”, explicó sobre la historia del juego de póker privado más grande y notorio del mundo.

Desde su pasión por el esquí, que estuvo muy cerca de ser restringida por un consejo médico superado con determinación, a un ingreso de 4 millones de dólares al año, un ejemplo de una pérdida de 100 millones, el crimen organizado italiano armado allanando un casa y una redada del FBI, Bloom no se guardó nada al contar su historia.

Sin embargo, lejos de la conmoción y el asombro de los detalles que acompañan a la saga, esta es una historia sobre la innovación y, en última instancia, sobre la importancia de perdonarse a uno mismo para superar esos obstáculos, por grandes o pequeños que sean, que inevitablemente se nos presentarán.

Siguiendo sus ambiciones de esquiar, Bloom contó cómo tomó un camino diferente de las aspiraciones de abogacía de su familia y se mudó a Los Ángeles “con el único propósito de sentir calor durante 12 meses seguidos”.

Eventualmente vio la oportunidad de servir tragos en un juego de póker, del cual admitió que no sabía nada e incluía nombres como Ben Affleck y Leonardo DiCaprio, así como el director de uno de los bancos de inversión más grandes del mundo y un político anónimo. El resto, como dicen, es historia, y esta inocua oportunidad terminó cambiando la vida de Bloom.

A partir de aquí, se volvió a contar una historia que se aventuró por todo el mundo, con entregas clave en Los Ángeles y Nueva York, que incluyó puntos bajos de un tiempo en la cárcel aparentemente inevitable hasta una noche contrastante en los Oscar que deslumbró a la audiencia.

Sin embargo, es con los comentarios finales con los que quizás Bloom resonó más: “Tenemos que reinventarnos de vez en cuando. A veces el mundo se nos cae encima y no tenemos otra opción. Pero a veces es en formas pequeñas y sutiles”.

“El diccionario dice que lo opuesto a la reinvención es la muerte y la exploración. Entonces, lo que aprendí de este viaje fantástico en el mundo de las apuestas, el mundo de los deportes, de las cenizas y la ruina es que siempre hay otra oportunidad, otro mañana, que si creemos en nosotros mismos, si estamos dispuestos a estar incómodos y seguir caminando a través del miedo, la incomodidad, la incredulidad… Si en verdad estamos dispuestos a tomar esos riesgos calculados y usar nuestra mente racional, el cielo es el límite”.