2020 en perspectiva – Chile: Los cambios regulatorios que frenan a una industria con potencial

Francisco Leiva, ex superintendente de Casinos de Juego de Chile, explora en exclusiva para SBC Noticias lo que aconteció en este 2020 en Chile, cómo los cambios regulatorios afectaron a la industria física, dónde se encuentra actualmente el juego online de cara a un nuevo año, y cuáles serán los objetivos para el 2021.

Lamentablemente, el año 2020 para la industria del juego en Chile fue muy negativo. Por una parte, tenemos los efectos de la pandemia del COVID-19 que afectó y continúa haciéndolo con diversos grados de impacto a todos los países de Latinoamérica, lo que ha significado el cierre temporal de las operaciones de los casinos presenciales. Lo peor es que aún estamos en un escenario incierto que dificulta estimar cuándo se volverá a los niveles de actividad previos a la pandemia.

En el caso de los casinos de juego, esto ha significado su cierre desde el 21 de marzo y recién a mediados de noviembre algunos han podido reabrir con severas restricciones de aforo, funcionando con la mitad de las máquinas de azar ubicadas en sus terrazas abiertas.

Por otra parte, está el problema autoinducido por la Superintendencia de Casinos de Juego (SCJ) al generar un cambio en las condiciones para la renovación de los permisos de los casinos de juego que fueron adjudicados el año 2005 y que vencen el 2023. Esto ha provocado un conflicto con toda la industria de casinos, ya que la interpretación del organismo regulador afecta la certeza jurídica y, lo más probable es que los inversionistas internacionales demanden al Estado de Chile ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI). Lo que agrega más incertidumbre a la industria. Más aún, cuando la propia Superintendencia ha suspendido en dos ocasiones el proceso que ella misma inició a fines de julio, de modo que las ofertas que debían presentarse inicialmente a fines de enero de 2021 están postergadas para octubre de ese año.

Sin embargo, viendo la parte llena del vaso, ciertamente la pandemia ha mostrado las oportunidades que genera el e-commerce en distintos ámbitos de la vida, pero en nuestro caso, lamentablemente creo que ello no se ha entendido por las autoridades, ya que la legalización del juego online no es un tema de su preocupación e interés.

Existe la oportunidad para regular el juego online, no solo porque este existe y hay que hacerse cargo, sino también porque genera ingresos fiscales, aspecto muy importante en situaciones de crisis. Además, es una fuente de empleos que no están limitados al mercado de los operadores de juego online, sino que potencia el desarrollo del mercado de proveedores de tecnología para esta industria en general.

Pensando en el año 2021, distingo dos ámbitos. Primero, los casinos presenciales que deberán tener mayor claridad respecto del mecanismo que se les aplicará para la renovación de sus permisos, pero es altamente probable que termine en una disputa jurídica. Si a ello agregamos que continuarán los efectos de la pandemia, es muy probable que nuevamente tengan un año muy complejo, pero espero que mejor que el año que termina. 

Segundo, respecto del juego online, el escenario ideal sería que el Poder Ejecutivo presente un proyecto de ley que lo regule, ya que es una materia de iniciativa exclusiva del Presidente de la República, pues debe fijar impuestos y definir las atribuciones del organismo público que debe regular a la industria del juego online.

Sin embargo, para ello es imprescindible realizar acciones de sensibilización a los tomadores de decisión, lo que incluye a los legisladores, para que conozcan los beneficios de una situación con regulación en comparación a la situación actual que inhibe el desarrollo de una industria, y lograr que decidan regular al juego online. 

En Chile, aún existe un desconocimiento sobre cómo esta industria se ha desarrollado a nivel mundial y, las aprehensiones que puedan tener, referidas a las externalidades socialmente negativas, hoy son posibles de atenuar ya que existen las tecnologías para mantener la seguridad online, verificar el emplazamiento y la edad de las personas que los usan, y el monitoreo de las transacciones para un correcto control impositivo y de prevención del lavado de activos. Precisamente, estos avances tecnológicos permiten reducir los impactos negativos y explican por qué distintos gobiernos están proclives a introducir regímenes de concesión de licencias de juego online y regulaciones impositivas para quienes fabrican u ofrecen juegos sociales y deportes electrónicos.