Chile debe regular el juego online para no perder ante la competencia de los offshore

El juego online en Latinoamérica aún continúa en desventaja en comparación con otros mercados mundiales, aunque de la mano de jurisdicciones establecidas, como Colombia, o algunas emergentes, como Brasil o Buenos Aires, esta vertical busca insertarse en el radar de las autoridades. En el caso de Chile, donde el sector land-based está establecido y cuenta con regulaciones firmes, recientemente se ha presentado un proyecto que le podría abrir las puertas a las empresas licenciadas para que ofrezcan servicios de juego en plataformas online.

Francisco Leiva, ex Superintendente de Casinos de Juego de Chile, compartió con SBC Noticias un análisis sobre la situación actual de la industria y las regulaciones del juego online en el país.

El mercado del juego en Chile no solo está retrasado respecto de países con similares niveles de desarrollo económico, sino que además se ha desarrollado de forma inconexa, mediante normas específicas para cada mercado, pero carente de una visión sistémica. En Chile, los diversos submercados que componen el mercado del juego tienen regulaciones diferentes y, además, al no hacerse cargo de los cambios tecnológicos, existen otros que requieren de normativa específica para que se desenvuelvan de manera apropiada.

En Chile los juegos de azar están prohibidos, salvo que sean autorizados por leyes particulares y excepcionales, como sucede con los casinos de juego, Lotería de Concepción, Polla Chilena de Beneficencia y los hipódromos. Sin embargo, el país requiere incorporar los nuevos desarrollos de este mercado del entretenimiento, como es el caso del juego online.

Se debe legislar para disponer de reglas claras y permanentes ante un fenómeno social y económico, y que además permitan el desarrollo y la consolidación de la industria del juego, ya que históricamente la prohibición de conductas tan naturales del ser humano como jugar y divertirse no ha resuelto nada. Solo ha fomentado el clandestinaje, el abuso y la ilegalidad.

En cambio, la regulación fija normas, entrega certeza jurídica, establece requisitos y obligaciones, acota los riesgos de desbordes, establece sanciones, multas, y normaliza el funcionamiento de la industria del entretenimiento.

Hoy esta realidad ha sido vista como una oportunidad para diferentes gobiernos, que al enfrentar limitaciones presupuestarias ven con buenos ojos la posibilidad de recaudar ingresos gravando este sector. Es una realidad que los usuarios seguirán utilizando juegos online, ya sea en sus consolas, tablets, teléfonos móviles y computadoras, tal como sucede actualmente en Chile. Por ello, es mejor regularlos y gravarlos para que los ingresos no vayan a oferentes radicados en paraísos fiscales.

Además, hoy existen tecnologías para mantener la seguridad online, verificar el emplazamiento y la edad de las personas que los usan, y el monitoreo de las transacciones para un correcto control impositivo, que ante la falta de regulación hace muy difícil dicho control. Estos avances tecnológicos están animando a los distintos gobiernos a introducir regímenes de concesión de licencias de juego online y regulaciones impositivas para quienes fabrican u ofrecen juegos sociales y deportes electrónicos.

Es esencial que la norma se haga cargo de los vacíos o ambigüedades regulatorias existentes, los lugares habilitados para la implementación de salas de juego, requisitos que éstas deben de cumplir para funcionar, quiénes podrán ser licenciatarios de una licencia de juego online, qué clase de juegos puede ofrecer dicho licenciatario, cuál será la carga tributaria de dicho subsector, entre otros temas. Solo de esta forma se podrá avanzar y tener una actividad acorde a los estándares que se esperan para este sector.

De este modo, los gobiernos y los reguladores tienen la absoluta necesidad de crear un marco seguro, ofrecer protección al consumidor y, al mismo tiempo, que el juego online pague los impuestos que corresponden.

En consecuencia, existe una gran oportunidad para buscar una regulación de mayor escala que abarque distintos sectores de la industria del juego, por ser una industria que es fuente de empleo, desarrollo tecnológico y de ingresos fiscales.

La regulación debe alcanzar los siguientes objetivos:

  • Hacer frente al juego ilegal.
  • Regular la oferta de juego online (juegos sociales, esports, juegos y apuestas online).
  • Establecer medidas de contención del juego patológico.

Las regulaciones del juego online deben tener en cuenta tres factores claves de la actividad:

  • La protección y garantías de los jugadores, con especial atención a los menores de edad y aplicación de juego responsable.
  • Un modelo de negocio que permita a las empresas de juego online ofrecer un producto competitivo en variedad, calidad y precio. Con un gravamen fiscal acorde al modelo de negocio del juego online, según la clasificación que vimos precedentemente, muy diferente al juego presencial. La oferta regulada debe ser competitiva para evitar las ventajas de la oferta “offshore”, permitiendo al mercado regulado absorber la mayor parte del volumen de juego online.
  • Control de la autoridad regulatoria, para los tipos de juego regulado que consideren además de un gravamen, una regulación para su operación, v.gr. Apuestas Deportivas, VLT’s, SBG, Deportes Virtuales, entre otros. Así, se establecen requisitos estrictos de cumplimiento corporativo y tecnológico que garanticen la transparencia de la actividad.

Algunos casos de errores en los enfoques regulatorios son: la falta de competitividad de la oferta de contenidos y la excesiva tributación sobre el mercado regulado. Por ejemplo, en Francia hay limitación de la oferta y exceso de fiscalización; en Portugal, un gravamen fiscal excesivo; y España ha incorporado nuevos juegos, pero mantiene una fiscalización elevada.

La regulación del juego no acabará con la oferta offshore, mientras no se desarrolle una regulación realista, para lo que hay que considerar una serie de aspectos que son críticos para conseguir que los mercados regulados absorban la demanda existente o al menos la mayoría de esta. Para ello, los principales aspectos que se deben considerar son:

  • Tener una tasa de impuesto al juego razonable: para los juegos sociales y esports: IVA de 19 por ciento; para juegos y apuestas online: IVA de 19 por ciento + específico de un 5 a 10 por ciento.
  • Tener una oferta completa de productos y de contenidos de juegos.
  • Que la regulación y las acciones coercitivas restrinjan la oferta offshore, para que la oferta regulada absorba el mayor volumen de la demanda de juego online.