Codere SA logró evitar una crisis financiera tras llegar a un acuerdo con nuevos términos durante su negociación de deuda con los acreedores de Estados Unidos.
Según los reportes oficiales, el gigante español de juegos, que cotiza en la Bolsa Madrid, ha asegurado un acuerdo de financiación de 12 meses con un fondo de cobertura estadounidense. Mediante el convenio, el fondo le garantizará a Codere una línea de crédito de 120-150 millones de euros para que la compañía financie sus operaciones y reembolse sus cupones de deuda diferida.
Se espera que el operador de juegos y apuestas presenciales y online, con importante presencia en Europa y Latinoamérica, firme su nuevo acuerdo de deuda esta semana. Por su parte, los acreedores existentes permitirán que el fondo de cobertura proporcione el capital de emergencia de la empresa, por lo que Codere podrá reabrir sus operaciones en España y Sudamérica.
Tras asegurar su financiamiento de emergencia, la empresa acordará nuevos términos de interés en sus tramos de deuda a largo plazo, que se estiman entre 300 millones y 500 millones de dólares estadounidenses, lo que se incrementará de un 6.75 por ciento reportado a 7.25 por ciento.
Hasta el momento, no se ha revelado el nombre del nuevo inversor de Codere. Sin embargo, la fuente de noticias empresariales españolas Cinco Días informó que el “salvador” probablemente sea Dryden Capital, con sede en Miami, un fondo de cobertura que ha realizado varias inversiones en negocios españoles asediados por la pandemia de COVID-19.
Con interés en oportunidades de mercado “baratas” de España, Dryden habría asumido también financiaciones de deudas del grupo de comida rápida Telepizza, del minorista de moda Tendam y del principal rival de Codere, Grupo CIRSA.
En mayo pasado, Codere reveló que tenía una liquidez de 83 millones de euros para financiar sus operaciones diarias durante el confinamiento obligatorio en todos los países donde opera, a un costo reportado de 25 millones de euros por mes.
Al acceder a 130 millones de euros en capital de trabajo para reabrir sus unidades de negocio, Codere pudo diferir 27 millones de euros en pagos de deuda del primer trimestre hasta octubre. Antes de su nuevo acuerdo, Codere no había logrado convencer a los principales acreedores de Estados Unidos, Silver Point y Abrams Capital, de extender las líneas de crédito, a la vez que los valores de los bonos de la empresa alcanzaron un mínimo histórico, calificados como “bonos basura” de alto riesgo por la agencia Moodys.