Los mercados de Latinoamérica proliferarán con un Estado presente y activo en materia del juego

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Desde China, invitado por el Ministerio de Comercio del país oriental, Federico Rodriguez Aguiar, analista en Marketing y consultor de la industria del juego y las apuestas, compartió en exclusiva con SBC Noticias su opinión sobre la necesidad de contar con un Estado presente y activo a la hora de encaminar los mercados recientemente lanzados de Latinoamérica y las actualizaciones regulatorias para el sector.

En aquellos mercados donde el Estado se encuentra presente, podemos observar un crecimiento ordenado y alineado en el desarrollo de la industria del juego, como es el histórico ejemplo de Colombia, el primer país en lanzar su industria regulada del juego online y las apuestas deportivas en Latinoamérica.

Así, vemos que la libertad comercial no se contrapone con la existencia de normas que reglamentan la actividad. En los países donde existe legislación al respecto para dar un marco de actuación, se puede lograr un proceso de expansión ordenada y crecimiento constante del sector en la medida que se cumplan con los planes de negocio coherentes. Siempre equilibrando las necesidades del empresariado, las obligaciones impartidas desde el Estado y la protección al jugador.

Es ya innegable que el mercado latinoamericano es atractivo para las empresas de todo el mundo, ya que ofrece oportunidades para aquellas compañías preparadas y serias, con objetivos alcanzables y con programas de desarrollo ajustados a la realidad donde la improvisación no tiene lugar. 

Ahora bien, ¿que condición debe ser la más importante para que una empresa decida ingresar a operar a un país? Por supuesto, la seguridad jurídica. 

Sin duda, el marco regulatorio y tributario del mercado condiciona la viabilidad del negocio. Por esta razón, un Estado presente y activo, con normas claras que se puedan aplicar en pos de florecer los ingresos por impuestos, por un lado, y de fortalecer los negocios de los inversionistas, por otro lado, es un actor de primer orden. 

Por el contrario, un Estado ausente hace imposible que un mercado sea atractivo, más allá de los prejuicios que se puedan suponer. Con una agenda clara, normas aprobadas por el Congreso y un monitoreo que permita una relación constante con los operadores y proveedores, el mercado puede funcionar a buen ritmo.

En cambio, cuando la ilegalidad es moneda común o la aplicación de las normas depende del operador de turno, entonces las barreras son más altas que los estímulos, y se termina cayendo en un caos en que no sólo el Estado pierde recursos que luego podría reinvertir en el desarrollo social y económico, sino que los jugadores quedan a merced de compañías que no presentan ningún tipo de control ni deber. 

Como mencioné anteriormente, las funciones de fiscalización y control dentro de la estructura del regulador deben estar sustentadas con una fuerte base de conocimientos técnicos y formación que permitan aplicar la normativa con imparcialidad para todos los actores de la industria del juego, con el objetivo de defender los intereses de la sociedad en su totalidad.

La presencia activa del Estado con un organismo regulador profesional avala ante la sociedad y frente a todos los operadores de la industria del juego que sus derechos serán respetados ante posibles intentos de prácticas desleales e ilegales por parte de terceros que desarrollan sus actividades fuera del marco legal vigente en cada jurisdicción.

En Latinoamérica y el Caribe hay campo para el crecimiento de la industria y para la generación de nuevos espacios, mientras somos testigos del ingreso de empresas que se diferencien y se destaquen con un perfil propio. Pero ante todo, es el Estado el que tiene que marcar la diferencia para que el desarrollo de la industria implique el bienestar de la sociedad que participa de esta oferta de entretenimiento, el crecimiento de sus arcas y la seguridad de las empresas involucradas.

Federico Aguiar será parte de SBC Summit Latinoamérica 2023, que tendrá lugar del 31 de octubre al 2 de noviembre en el icónico Seminole Hard Rock Hotel & Casino de Miami.