De acuerdo a un reporte compartido por BNL Data, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro reveló en una entrevista con Veja que ha estado hablando con funcionarios oficialistas sobre la legislación del juego, pero que no permitirá que se regule el mercado.
Según admitió Bolsonaro, “la medida no contará con el apoyo del Gobierno para ser aprobada en el Congreso y, de seguir adelante, vetaré la propuesta”. Estas declaraciones trajeron preocupación entre los partidarios del Gobierno brasileño que están impulsando la regulación de la industria, como el jefe de Gabinete, Ciro Nogueira.
Semanas atrás, el presidente de la Cámara de Diputados Arthur Lira creó un grupo de trabajo especializado en la legislación del juego, que incluiría a los casinos, las apuestas deportivas, los bingos, el juego online, el jogo de bicho, entre otros.
De esta forma, tomaría impulso una propuesta regulatoria que está frenada desde el Gobierno de Michel Temer, mientras que se pretendía que obtuviera el visto bueno de Diputados antes de 2022. Sin embargo, Bolsonaro remarcó que “de momento mi opinión sobre el juego es esta”.
Y dijo: “Ahora mismo el juego supone una pérdida más que una ganancia. Si por casualidad se aprueba la regulación, tengo mi opción de vetarla, que es natural, y entonces el Congreso puede anular el veto. Lo que se está discutiendo hasta ahora tendrá mi veto. Punto”.
Estas declaraciones surgieron tras la audiencia pública de la Cámara de Diputados de la semana pasada, donde el presidente del Instituto do Jogo Legal (IJL) Magnho José —también editor de BNL Data— inició su discurso asegurando que “el juego en Brasil existe y está arraigado en nuestra cultura”.
“En Brasil, como no tenemos juegos legales, tampoco tenemos una política pública para tratar a al juego problemático, algo que ninguna casa de apuestas quiere provocar. Por eso es importante que exista esta preocupación en el proyecto que se está reevaluando”, afirmó.
El experto también informó que el movimiento general de apuestas en Brasil es de alrededor de 71 mil millones de reales (13 mil millones de dólares) por año. A su vez, los juegos no regulados representan 27 mil millones de reales (5 mil millones de dólares) de este ingreso general y las apuestas deportivas, que no están aún reglamentadas a pesar de estar autorizadas, mueven un promedio de 10 mil millones de reales (1.8 mil millones de dólares).
Bajo este marco, la regulación no solo formalizaría al menos 450.000 puestos de trabajo, sino que generaría otros 200.000 nuevos, mientras que el Estado podría recaudar 20 mil millones de reales (3.7 mil millones de dólares) al año en impuestos, y hasta 7 mil millones de reales (1.3 mil millones de dólares) con aportes de casinos, bingos, máquinas y juego online.