La reciente iniciativa del gobierno nacional para reformar la Ley Federal de Juegos y Sorteos puso a la industria del juego en estado de alerta en México.
Las nuevas normas resultarían perjudiciales para los operadores de todo el país, pero también para las arcas estatales. Según Miguel Ángel Ochoa, presidente de la Asociación de Permisionarios, Operadores y Proveedores de la Industria del Entretenimiento y Juego de Apuesta en México (AIEJA), el cambio de reglamento le costará al Estado 12 mil millones de pesos en impuestos.
“Es una reforma que no le pega a los casinos actualmente, pero que a partir de 2028 alrededor de 70 por ciento de los permisos de estos negocios empezarán a vencer”, dijo Ochoa.
En una entrevista con el medio Reforma, explicó que el sector del juego en México le aporta 2.500 millones de pesos a los distintos estratos estatales cada año. Sin embargo, advierte que las modificaciones generarán pérdidas millonarias en la recaudación y, además, una reducción de la mitad de los empleos generados.
De acuerdo con el titular de AIEJA, se generan unos 180 mil empleos, entre directos e indirectos, en la industria de México, donde operan 429 casinos.
La reforma del juego en México
En septiembre, la Secretaría de Gobernación publicó un proyecto de reforma al Reglamento de la Ley del juego en México que contempla una prohibición de las máquinas tragamonedas.
Puntualmente, el texto se refiere a los “sorteos de números o símbolos a través de máquinas”, que quedarán prohibidos en todo el país. Según el Gobierno Federal, su operación no está permitida por la normativa actual, vigente desde 1947.
En caso de que se apruebe, los casinos que actualmente operan en el país solo podrán explotar las tragamonedas hasta el fin de sus permisos de operación. En tanto, aquellos que cuenten con licencias, pero no estén operativos, y los que apliquen por nuevos permisos, no podrán hacerlo.
