Los casinos de todo el mundo han percibido pérdidas millonarias en los últimos tres meses, e incluso ciudades como Las Vegas y Macau —capitales del juego— llegaron a experimentar una caída del 99.6 por ciento y del 96.8 por ciento, respectivamente, en sus ingresos brutos en abril. En territorios donde el turismo es el principal motor económico de la población, el golpe financiero ha sido incluso mayor.
En Puerto Rico, donde se ha impuesto una cuarentena obligatoria para aquellos que ingresan a la isla, el cierre de los casinos ha tenido un efecto abrumador. Si bien el gobierno ya ha iniciado una flexibilización paulatina, los meses en los que no hubo actividad han llevado a que muchos hoteles cierren sus puertas.
Los casinos en la isla están esperando poder reactivar sus operaciones a mitad de mes, pero siguiendo estrictas condiciones de salubridad.
Ismael Vega, gerente general de Casino Metro del Sheraton Puerto Rico Hotel & Casino, explicó en una entrevista exclusiva a SBC Noticias cuál es el impacto a corto plazo que representa adaptarse a esta nueva situación.
La baja en los ingresos del sector del juego afecta directamente al fondo presupuestario gubernamental, ya que luego lo redirecciona a la Educación y al Turismo. En los últimos tres meses, se estiman pérdidas millonarias a nivel general; los casinos han dejado de percibir alrededor de 75 millones de dólares.
La inversión para las medidas de seguridad que los casinos deberán seguir alcanza los 150 millones de dólares, pero se prevé que este número aumente a medida que avance la reapertura y surjan distintas necesidades: “El abastecimiento de los productos como mascarillas, guantes, desinfectante de manos y el protocolo de limpieza requerirá un aumento en la inversión”, dijo.
Según el gerente, la industria del juego en Puerto Rico ha trabajado mano a mano con los entes reguladores, como la Comisión de Juegos de Azar. De esta forma, crearon en conjunto un protocolo de seguridad, que fue avalado por la Comisión y adoptado por la Compañía de Turismo de Puerto Rico.
Sin embargo, es necesario tomar más medidas para salvaguardar a los operadores y a las salas de juego en la isla. “Debemos revisar el reglamento de los casinos para flexibilizar la operación, dado a los meses restantes que tenemos por delante. Recordemos que debido a la pandemia, la industria de casinos estará operando a un 50 por ciento de su capacidad, tanto en tragamonedas como en mesas de juego”, agregó Vega.
Y aseguró: “La comunicación de nuestra industria ha sido de total apertura. Hemos estado en la disposición de ilustrar al Task Force Económico y al Task Force Médico sobre las medidas de seguridad y protección que hemos estado trabajando, así como poniéndolos al día de los altos estándares y la rigurosidad que guía a nuestra industria”.
Gracias a la gestión del sector, los casinos de Puerto Rico han logrado acceder al Programa de Protección de Pago (PPP), que les permite acceder a préstamos para poder beneficiarse y contrarrestar los efectos de la pandemia. Si bien Vega destaca que el programa ha ayudado a algunos hoteles a poder “cubrir parte de la nomina de sus empleados”, esto “no equipara con tener una operación funcionando a capacidad”.
Algunos de los pasos que los establecimientos deberán seguir para poder ser parte de la reapertura de la actividad incluye la medición de la temperatura, el uso obligatorio de mascarillas, estaciones con desinfectantes, distanciamiento en las filas de cobro, en los mostradores, y la reducción de la cantidad de tragamonedas y del espacio en los juegos de mesa.