El Senado brasileño se inclina por la regulación del juego para aumentar los fondos y alcanzar a las grandes potencias turísticas

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El senador brasileño Angelo Coronel volvió a activar el debate sobre la regulación del juego en su totalidad, al advertir en una entrevista con Rádio Senado que 2023 podría ser el año en que finalmente se promueva el debate sobre el Proyecto de Ley N° 2234, de 2022, que ya cuenta con la aprobación de la Cámara de Diputados.

“Brasil no puede quedar aislado en la clandestinidad frente a las grandes potencias que ya reglamentaron la legislación sobre la actividad”, argumentó, y aseguró que estos países “aumentaron sus ingresos por los impuestos recaudados, como es el caso de Italia, donde la tributación de los juegos representa al alrededor del 1,4 por ciento del PIB [Producto Interno Bruto]”.

En sus declaraciones, Coronel afirmó que el objetivo máximo de la regulación sería gravar la actividad, que aumentaría los ingresos presupuestarios del país. Según el senador, cuando la gente le cuestiona estar a favor del juego, explica que “no estoy a favor de nada de eso, lo que quiero es regular algo que ya existe”.

“Las cosas como están actualmente no pueden quedar así, ya que el sector privado no percibe ningún tipo de regulación bancaria ni genera impuestos para el país”, remarcó, contrario a la prohibición total que defiende el senador Eduardo Girão, autor de la solicitud que llevó a la creación del Frente Parlamentario por un Brasil sin Juegos de Azar.

El proyecto que se discutiría, que hace más de un año espera por el debate en el Senado, permite el otorgamiento de licencias permanentes o temporales por parte de la Autoridad Concedente, dependiendo de la actividad. 

La propuesta también permite la instalación de casinos en zonas costeras turísticas o en embarcaciones fluviales. Las salas de bingo se acreditarán mediante licencias con una duración de 25 años, renovables por igual período. Además, quedaría regulado uno de los juegos más populares en Brasil, el jogo do bicho.

Pese a las declaraciones de Coronel, el debate aún no ha sido puesto en la agenda del Senado Federal, a la vez que los grupos opositores insisten en que “la legalización de los juegos facilita la práctica de delitos como el blanqueo de capitales, la evasión fiscal, la evasión de ingresos y la corrupción de agentes públicos”, como comentó Girão.

“Visité países, hablé con el mundo académico, hablé con instituciones de inspección y control dentro y fuera de Brasil, y me horroricé de lo que hay detrás: un lobby muy poderoso que destruye vidas y familias enteras. ¿Quién no conoce a alguien que ya lo ha perdido todo en el juego y ha acabado con su propia vida?”, había mencionado.