En su reporte mensual sobre el desempeño de los casinos habilitados en todo el territorio chileno, la Superintendencia de Casinos de Juego reveló que durante el mes de mayo de este año, los 22 establecimientos privados con licencia de operación hicieron un aporte tributario de 16.026 millones de pesos, lo que significa una caída del 1,4 por ciento en comparación con mayo de 2022.
Cabe destacar que en mayo del año pasado había menos casinos en funcionamiento, por lo que la caída en los montos impositivos aportados por los operadores sigue llamando la atención, teniendo en cuenta que son varios meses los en los que se reportan caídas en la recaudación.
“Los montos agregados a nivel de industria se dividen en 6.954 millones que corresponden al impuesto específico al juego, destinados a los gobiernos regionales y municipalidades para el financiamiento de obras de desarrollo, además de 6.716 millones asociados al pago de IVA por los ingresos del juego y 2.356 millones correspondientes al impuesto por entrada a las salas de juego, que se destinan a los fondos generales de la nación”, detalló la autoridad del juego chilena.
En este sentido, el total de ingresos brutos del juego (win) de los 25 casinos —los 22 privados y los 3 municipales— fue de 45.432 millones de pesos durante el mes de mayo, que representa una caída en términos reales del 7,3 por ciento respecto del mayo del año pasado. Sin embargo, la SCJ también registró 562.569 visitas 25 casinos en operación, lo que equivale a un aumento de un 7 por ciento respecto de mayo 2022.
De todas formas, “durante mayo se registró un gasto promedio de 78.850 por visita, lo que implica una disminución en términos reales de un 15 por ciento comparado con mayo de 2022”, indicó la SCJ.
Recientemente, con el fin de impulsar el desarrollo de la industria, la autoridad del juego presentó su plan Estrategia Nacional de Juego Responsable durante el “Seminario de Juego Responsable y Salud Mental”. Así, el objetivo de la estrategia será “que todos los actores de la industria asuman un rol protagónico respecto de la prevención de conductas riesgosas en relación con los juegos de azar”.
Dentro del plan, la estrategia apuntará a tres ejes de base: “el primero es educar a jugadores y jugadoras, sus familias y la sociedad en general, el segundo informar sobre conductas problemáticas y/o patológicas con el juego de azar y cómo prevenirlas y, finalmente, incentivar las buenas prácticas de juego responsable y el diseño de un modelo de prevención del juego problemático”, destacaron.
