Luego del anuncio de que Cordish volvería a la carga para instalar un megacomplejo que incluiría un casino en la capital española, la Comunidad de Madrid se ha manifestado sobre el tema y ha aclarado que se está evaluando el proyecto.
Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Economía, Empleo y Hacienda, y quien revisará el proyecto, dijo que “tenemos que darle el informe correspondiente a la petición que se realiza” y que se trata de un proyecto empresarial “íntegramente privado”.
El proyecto, que comprendería un Centro Integrado de Desarrollo (CID) con casino, restaurantes y hoteles, entre otras cosas, “se está evaluando, y todavía queda procedimiento”, tal como detalló ABC, aunque aún “no tenemos ninguna opinión que dar”.
Asimismo, el aliado de la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso advirtió que el plan de Cordish “no está promovido, ni patrocinado, ni auspiciado por la Comunidad de Madrid”, que solo “promueve y patrocina son proyectos de investigación, de educación, de salud, de deporte o de cultura”.
Las declaraciones llegan tan solo días después de que la empresa con sede en Baltimore, Maryland, compartiera sus planes para instalar en megacomplejo que convertiría a Madrid en un “Eurovegas”.
Cordish buscaría que el complejo se instale en 134 hectáreas, de las cuales ya es propietario, en un proyecto que alcanzaría un valor total de 20 millones de euros y que generaría alrededor de 56 mil puestos de trabajo.
Sin embargo, este no sería el primer intento por parte de la compañía para instalar este tipo de proyecto, ya que en 2016 había intentado hacerlo pero el gobierno de la ex presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, lo rechazó por no contar con los requisitos necesarios para ser un CID y por depender exclusivamente de la actividad del juego.
Por su parte, el estudio legal Díaz Arias, representantes de Cordish en España, aseguraron que “hemos tomado la experiencia del anterior proyecto y hemos incorporado todas aquellas cuestiones que la última vez no gustaron”, aunque reconocen que “este tipo de proyectos requiere el visto bueno de muchas consejerías, como, por ejemplo, la que se encarga del medio ambiente. Somos prudentes. La última vez también hubo buena sintonía y luego la cosa no llegó a buen puerto. Tenemos que ser realistas”.