El Instituto Brasileño de Juego Responsable invita a los clubes a negociar una forma de participación en las apuestas

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La reglamentación de las apuestas deportivas está a punto de convertirse en una realidad en Brasil, volviendo inminente el lanzamiento del mercado más esperado a nivel mundial. Mientras el gobierno evalúa los últimos requisitos para darle forma al sector, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y varios clubes por separado solicitaron mayor porcentaje de ganancias por parte de las apuestas.

“Las apuestas se realizan sobre nuestros eventos deportivos, se utilizan nuestras marcas, símbolos, imágenes (…) Además, es nuestra actividad la que está sujeta a riesgos colaterales nocivos”, había dicho el vicepresidente general y jurídico de Flamengo, Rodrigo Dunshee, luego de que la CBF compartiera una solicitud similar.

Ante esto, el Instituto Brasileño de Juego Responsable (IBJR) respondió que la CBF y los clubes de fútbol “son bienvenidos a negociar derechos de imagen con los operadores, como ya se hace en mercados debidamente regulados”, aunque destacaron algunas reticencias hacia los pedidos de las organizaciones deportivas.

En particular, la CBF y los clubes solicitaron al Ministerio de Hacienda una modificación de la Ley 13.756/18 que garantice un 4 por ciento de los ingresos brutos del sector de las apuestas para el deporte. Tal como está, la regulación establece un 1,63 por ciento de los ingresos netos para los clubes.

Por su parte, desde el IBJR respondieron que manifiestan “su oposición a una eventual modificación de la ley”. En primer lugar, destacaron que la industria de las apuestas no reproduce imágenes propias de entidades deportivas y que las contribuciones financieras específicas a la CBF o a los clubes de fútbol “generan desigualdad e inseguridad jurídica”.

Como explicaron, para que se aumente el porcentaje destinado al deporte, se deben reducir los fondos que se envían al Estado nacional —que, a su vez, lo invertiría en las áreas de Seguridad y Salud— o se debe reducir la ganancia de las empresas, lo que quitaría atractivo al mercado ya que podrían entrar en pérdida.

De todas formas, están abiertos a negociar directamente estos requerimientos, teniendo en cuenta que “apoyamos la contribución social prevista en la Ley 13.756/18 para el deporte en general” y que “es público y notorio que la industria de las apuestas ya es un gran patrocinador del deporte, en particular del fútbol nacional”.

Y destacaron: “La ley, pensada con el propósito de mejorar la experiencia del jugador, beneficia a los operadores y los clubes. Lo que se precisa entender, mientras tanto, es que el funcionamiento de las plataformas de apuestas deportivas no depende de los derechos de imagen. La operación se da perfectamente, en todo el mundo, sin la explotación de derechos de imagen, dependiendo, simplemente, de la mención de nombres, lo que está amparado por un reglamento de la Corte Suprema”.

Por esta razón, consideran que aumentar el 1,63 por ciento que se destinará al deporte derivará en la no utilización de imagen de los clubes y, posteriormente, en una judicialización de la problemática, que generará mayores problemas para el desarrollo del mercado y la consecuente recaudación, tanto para el Estado y los operadores como para los clubes.

“Para el IBJR parece que el mejor camino es que se mantenga el porcentaje actual de fondos para los clubes (1,63 por ciento del GGR), ya que remunera adecuadamente a las entidades por el uso de un derecho que hoy no está contemplado, lo que generará un incremento de los ingresos a los organismos deportivos involucrados, sin cargar excesivamente al operador”, sentenciaron.

Hace alrededor de un mes, los operadores líderes en la región como Bet365, Betsson Group, Betway Group, Entain, Flutter, KTO Group, Netbet Group, Yolo Group y Rei do Pitaco fundaron esta asociación con el fin de establecer un organismo que represente los intereses de las empresas pero que también pueda sostener un diálogo con los diferentes actores involucrados en la industria del juego y las apuestas deportivas en Brasil.