En conversación con los periodistas Fernando Mitre, André Basbaum, Lana Canepa y Rodolfo Schneider, el coordinador de Comunicación de la campaña del presidente electo Lula da Silva, Edinho Silva, aseguró que al asumir el cargo, el PT se enfocará en restaurar el sistema educativo en Brasil.
Así, el juego y las apuestas serían una fuente considerable de financiación para la infraestructura de las escuelas y para programas educativos en todo el país. “Podemos regular los juegos e invertir ese dinero en la educación y en la infraestructura educativa”, aseguró el coordinador de Comunicación.
El desarrollo del mercado de juegos en Brasil estuvo en pausa este año tras la aprobación del proyecto regulatorio en Cámara de Diputados, debido a las elecciones presidenciales, en las que compitió el presidente electo Lula contra el presidente saliente, Jair Bolsonaro.
Se esperaba que tras la definición de gobierno, se lancen novedades tanto sobre el proyecto que quedó estancado en la Cámara de Senadores, como sobre la promulgación de la ley de apuestas deportivas, que ya obtuvo el visto bueno en 2018 aunque no se ha avanzado en el reglamento aún.
Para Silva, los principales problemas que afronta el país son las consecuencias de la pandemia en el sistema educativo, por lo que su foco estará puesto en “interrumpir el ciclo de exclusión de las familias brasileñas a través de la educación”, según compartió BNL Data.
“Creo que tenemos que buscar fuentes de financiación para que en 2023 podamos superar esta situación. Hay sectores que, aunque suene polémico, están activos y no pagan impuestos, ¡es absurdo!”, señaló el experto. Y, ante la pregunta de a qué sectores se refería, confirmó que a “los juegos y las apuestas deportivas”.
“Hay estudios que dicen que solo la regulación de los juegos generaría 23 mil millones de reales en Brasil en el primer año. Con 23 mil millones en el primer año, tendríamos un programa de compensación educativa para estos niños que quedaron fuera de la escuela durante la pandemia”, afirmó.
En este sentido, estableció que su partido está promoviendo la regulación, ya que “podemos regular los juegos e invertir ese dinero en la educación, sin aumentar un centavo la carga tributaria del pueblo, pese a que el tema genere polémica”.
Las esperanzas del juego con el presidente Lula
A fines de febrero, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó el Proyecto de Ley 442/91 con 246 votos a favor, 202 en contra y 2 abstenciones. De inmediato, la propuesta pasó a Senadores, donde quedó frenada desde entonces.
En principio, el presidente de la Cámara, Rodrigo Pacheco, dijo que “la propuesta seguirá los trámites normales, siempre guiada por una amplia discusión, como se hizo en Diputados”, dando a entender que no hay urgencias para debatir el tema.
Los tiempos luego se tornaron más lentos de lo esperado, ya que el país comenzó a enfocarse en unas elecciones presidenciales definitorias, que estuvieron muy empatadas hasta el 30 de octubre pasado, donde Lula da Silva fue reelecto.
A esto se suma la fuerte militancia por parte de los grupos de legisladores evangélicos, tanto en Diputados como en Senadores, que pretenden impedir por todos los medios que se regularice la industria.
De todas formas la esperanza se retomó con el resultado de las elecciones, ya que el mismo presidente Bolsonaro había declarado que de aprobarse el proyecto lo vetaría, aunque también agregó que el Congreso podría rechazar este veto y seguir adelante con la regulación.
Si bien Lula aún no ha dado su posición oficial, los últimos comentarios de Edinho Silva traen esperanza en el país, que estuvo esperando el reglamento de las apuestas deportivas para antes de la Copa del Mundo, aunque no se ha logrado el objetivo.