El fútbol mundial –pero sobre todo el italiano– quedó en shock en los últimos días al conocerse la participación de los futbolistas Nicolò Fagioli y Sandro Tonali en el mundo de las apuestas deportivas.
Los jugadores del seleccionado italiano participaron en actividades de apuestas, no solo violando las restricciones para profesionales, sino que lo hicieron en sitios ilegales.
En el caso de Fagioli, la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) comunicó que la Fiscalía Federal ya determinó su culpabilidad. Según explicó, el futbolista de Juventus será sometido a 12 meses de inhabilitación “5 de los cuales se conmutarán por prescripciones alternativas”, por lo que podría volver en siete, a fines de mayo. Además, recibirá una multa de 12.500 euros “por infringir el art. 24 del CGS que prohíbe la posibilidad de realizar apuestas en eventos futbolísticos organizados por la FIGC, la UEFA y la FIFA”.
“La Fiscalía Federal vigilará el cumplimiento de lo anterior y, en caso de infracción, adoptará las medidas de su competencia, con rescisión del acuerdo y continuación del procedimiento disciplinario ante los órganos judiciales de justicia deportiva”, explicó la FIGC.
Mientras tanto, su colega Sandro Tonali, del Newcastle United, fue separado del plantel de Italia en plena concentración durante una doble fecha de Eliminatorias para la Euro 2024.
Su nombre figura en una investigación que involucra a más de 40 jugadores y su agente, Giuseppe Riso, comunicó que sufre de un trastorno compulsivo con relación al juego: “Sandro está jugando un partido importante en contra de la ludopatía: lo va a ganar. Estoy contento de las palabras del presidente Gravina, es importante que los chicos no se sientan solos”, dijo durante un evento de la embajada italiana en Londres.
Otro de los jugadores relacionados al escándalo y que también estaba concentrando con la selección italiana es el volante de Aston Villa Nicolo Zaniolo. Sin embargo, su entorno asegura que las acusaciones son infundadas y que “nunca apostó”.