El Poder Ejecutivo de Brasil analiza posibles escenarios de legalización del juego

Según la prensa brasileña, el contexto actual en el país impulsa la idea de salvar la economía con la legalización de los juegos de azar. Con una caída del PBI estimada en 4,7 por ciento, la más profunda desde 1901, el Gobierno debe buscar nuevas soluciones para generar ingresos y empleos. 

Como informó BNL Data, basado en análisis políticos que bajan desde el Ejecutivo, se está gestando un programa de lobby para permitir la operación de casinos, apuestas deportivas y demás modalidades de juego en todo el país. Si bien la opinión del presidente Jair Bolsonaro ha variado desde su campaña política hasta hoy en día —en su última declaración al respecto, dijo que el juego “destruiría familias”—, es posible que firme la resolución para legalizar la industria.

A comienzos de 2020, Bolsonaro también ha dicho que defendería la propuesta solamente en caso de que el grupo evangélico (un tercio de su apoyo político actualmente) se mantuviera positivo o neutral al respecto. Según fuentes locales, se estaría activando este plan para convencer a legisladores y gobernadores sobre los beneficios económicos de permitir el desarrollo de la industria.

Desde el Ministerio de Economía, calcularon una caída de 20 mil millones de reales por el confinamiento. Además, se perderían 5 millones de puestos de empleos, y la ayuda social en tiempos de emergencia sanitaria generaría un déficit presupuestario de 600 mil millones de reales. Por este motivo, los millonarios ingresos que generaría el juego legal provocan un gran interés entre los funcionarios. 

Las estimaciones profesionales indican que la industria del juego lograría una recaudación de más de 20 mil millones de reales, sin contar otros 7 mil millones que ingresarían a las arcas públicas con subvenciones, concesiones y licencias. Por otro lado, habilitaría la creación de 1.3 millones de empleos directos e indirectos.

Varios proyectos se encuentran en debate en el Congreso y en la Cámara de Diputados, mientras que funcionarios bolsonaristas, como el presidente de Diputados, Rodrigo Maia, y el alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, ya se han declarado a favor de la legalización. También el propio hijo del presidente, Flávio Bolsonaro, se reunió con Sheldon Adelson, propietario de Las Vegas Sands, para evaluar un posible desarrollo de casinos resorts en zonas turísticas de Brasil. 

Un segundo escenario se plantea desde la hipótesis de que los evangélicos no quieran mantenerse neutrales en cuanto al juego. Siguiendo esta posibilidad, el Gobierno presentaría un plan para modificar una enmienda constitucional y permitir a cada estado legislar el juego según sus propios estándares. 

“Necesitamos mover la economía post-pandemia. Los países donde ya hay regulación de apuestas deportivas tendrán una fuente de ingresos extra para impulsar las finanzas después del virus”, comentó el subsecretario de Premios y Sorteos del Ministerio de Economía, Waldir Eustáquio Marques Júnior.