Mendoza: La Universidad Nacional de Cuyo lanzó un estudio sobre el juego problemático

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La Universidad Nacional de Cuyo de la provincia argentina de Mendoza presentó los resultados de un estudio pionero sobre el vínculo entre estudiantes universitarios y los juegos de apuestas, tanto presenciales como online. 

La investigación, desarrollada por la Dirección de Salud Estudiantil de la Secretaría de Bienestar Universitario, alcanzó a más de mil jóvenes de distintas unidades académicas y puso el foco en sus motivaciones, prácticas y percepciones frente a una temática que, hasta ahora, no había sido abordada en profundidad dentro del ámbito universitario.

Desde el organismo explicaron que el objetivo fue construir una mirada integral, preventiva y no patologizante, que se aleje de las simplificaciones que asocian automáticamente el juego con diagnósticos psiquiátricos como la ludopatía. 

“Nos preocupaba el modo en que la problemática de las apuestas online empezaba a instalarse en los medios y en la sociedad como si fuera un fenómeno linealmente patológico. En muchos casos, se hablaba de ludopatía sin contar con la evidencia necesaria”, señaló Vanina Capelli, coordinadora de salud mental en la Dirección de Salud Estudiantil.

Uno de los ejes centrales del estudio fue indagar qué ocurre en una franja etaria poco visibilizada cuando se habla de juego: estudiantes universitarios que transitan sus propios desafíos, rutinas e incertidumbres. 

Según el relevamiento, el 63% de quienes participaron manifestó haber jugado alguna vez, aunque apenas un 2 por ciento presenta una frecuencia que podría considerarse problemática. La mayoría lo hace por curiosidad, diversión o por el deseo de explorar nuevas experiencias. Solo el 15 por ciento declaró que su motivación principal es ganar dinero.

La modalidad online fue la más mencionada, especialmente tragamonedas, casino virtual y apuestas deportivas, en parte por su fácil acceso y disponibilidad constante. Sin embargo, gran parte de los estudiantes encuestados expresó una mirada crítica hacia estas prácticas, lo que para el equipo de investigación refuerza la necesidad de evitar lecturas reduccionistas y de avanzar hacia estrategias de prevención adaptadas al contexto universitario.

Capelli destacó que no toda relación con un objeto de consumo es necesariamente problemática, y que comprender los vínculos que las personas establecen con estos consumos resulta clave para diseñar políticas públicas, acciones institucionales y entornos de cuidado que no se basen en el miedo ni en la estigmatización. 

“Entendemos que hay múltiples causas que inciden en estas prácticas, y visibilizarlas sin juicio es una forma de generar respuestas colectivas más efectivas”, afirmó.